1. Marisa quiere estar embarazada


    Fecha: 03/07/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mujer que estaba de pie al lado de la cama. Yo mismo empecé a desabotonarle la camisa, al tiempo que Marisa arrodillada le quitaba el cinturón y tiraba del pantalón con lo que al instante rebotó la polla de él, gordísima y larga apuntando a la cara de mi mujer; ella, puesto que estaba de rodillas, no tuvo más remedio que lamer el duro cipote y lentamente tragar la polla entera mientras sus manos empujaban los glúteos de él. Yo me senté en el sillón marrón con los brazos cruzados, quería ser el privilegiado espectador de la primera follada de mi esposa con mi hermano.
    
    -¡Juan, joder!. ¿Vas a quedarte ahí todo el rato mientras follo a nuestra putita? – exclamó, al tiempo que empujaba la cabeza de ella hurgando su boca con el pollón.
    
    -¡Claro que sí!. Una cosa es que permita a la zorra que te la folles hasta reventarla, pero no me fío de ninguno de los dos.
    
    -Déjalo Berto, te aseguro que Juan es inofensivo – soltó Marisa mientras sacaba la polla de la boca – He notado en la garganta tus gotitas y no voy a desperdiciar ni una sola de tus gotas de leche. ¡Las quiero todas en mi vagina! – Tras esto, estiró el cuerpo sobre la cama abriendo las piernas, extendiendo los brazos para acoger el cuerpo de él.
    
    Marisa lo abrazó, cuando mi hermano se tumbó sobre ella lamiendo sus labios, enredando las lenguas, bajando por el cuello y mordiendo un pezón erguido, mi mujer dio el primer grito mientras temblaba su cuerpo con tal placer que me sorprendió, aunque mi sorpresa iba en ...
    ... aumento cuando observé que ella empujaba la cabeza hacia su entrepierna y mi hermano metió la cara entre sus muslos lamiendo, chupando, bebiendo los jugos que resbalaban por los muslos de ella. Me imaginé que la lengua de él había descubierto el abultado clítoris de Marisa y lo castigaba sin piedad, cuando ella gritó como una loca mientras convulsionaba su cuerpo y acariciaba la cabeza de mi hermano con ternura.
    
    -A este paso, difícilmente la vas a preñar, Berto. – murmuré – La verdad es que me estoy aburriendo.
    
    -Esto tan solo son los preliminares, Juan. Es cierto lo que dijiste: tu mujer está muy necesitada.
    
    -Él siempre va directo al grano, bueno, al granito porque yo ni me entero.
    
    -Esta tarde prometo que te vas a enterar, zorra. Venga, abre bien las piernas que hoy te dejo bien preñada y si no me corto los huevos.
    
    He de confesar que las dos horas siguientes fueron alucinantes. Marisa tumbada sobre la sábana mirando al techo con los ojos brumosos – quiero suponer que por la vergüenza de la entrega a una polla extraña–, abría sus labios vaginales con dedos temblorosos mostrando una vagina rosada plena de agujeritos, en la que destacaba el prepucio del inflamado clítoris que asomaba entre los labios mayores. Berto apoyó el glande en el abierto coño frotándolo suavemente arriba y abajo hasta el esfínter del culito a la vez que ella movía la cabeza de este a oeste murmurando no sé qué, mas cuándo él de un empujón sin preaviso hundió la polla hasta el hígado, la mujer ...