Camila: la calentura puede más que la razón (2/?)
Fecha: 12/07/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Yesska, Fuente: CuentoRelatos
... batallar, y al salir de ahí se dispuso a ir a la cocina por un poco de cereal, y al abrir el refrigerador se dio cuenta que el cartón ya estaba vacío:
Camila: ¡qué mal plan! No hay leche. Y con esta hueva que me cargo.
Y muy a pesar de su flojera, decidió ir a la tienda, tal cual se había cambiado, con su ropa de casa, misma que consiste en unos diminutos shorts de lycra que con dificultades albergan esas nalgotas que tiene y un top delgado sin bra debajo, que apenas y cubre sus pezones. En definitiva anda muy escasa de tela, pero es por el calor tan intenso que hace en su ciudad, no vayan a pensar mal. Saliendo de su casa, se dirigió hacia la tiendita más cercana, la de don Erick, un señor viudo, ya entrado en años, y algo desaliñado, valga la aclaración.
Camila: buenos días don Erick, ¿cómo le va? Mire, se me acabó la leche y quería ver si cabe la posibilidad de que me fíe un litro, por fis.
Don Erick: buenas… las tengas, Camilita. La verdad chamaca tú me caes muy bien y estás muy bonita y todo, pero eres bien mala paga. Échale un ojo a mi libreta y date cuenta de todo lo que me debes.
Camila: ¡ay! Jajaja no sabía que fuera tanto, este mes sí me excedí. Pero no sea malito, mi pá pronto me va a depositar y le juro que en cuanto lo haga, le pago.
Don Erick: como te repito si por mí fuera lo haría, pero tú sabes que de esto vivo, y como soy viudo y estoy solo tengo que vivir de algo. Aunque, por otro lado, ya te dije que eres muy bonita y pues... ¡nah! ...
... Mira, te voy a ser bien sincero, me gusta mucho tu cuerpecito y te podría perdonar la deuda si tú a cambio me haces un favorcito, ¿cómo la ves, lindura?
Camila: ¿a qué clase de favor se refiere?, dígamelo.
Don Erick: quiero que me hagas una rusa con ese par de melones que te cargas, ricura. Allá atrás tengo un cuartito que nos puede servir, ándale, anímate, dale a este pobre viejo una alegría.
Camila: ¿qué le pasa viejo rabo verde? yo no soy una cualquiera, ni que le debiera tanto como para hacer algo así.
Don Erick: bueno, si contamos las naranjas de la última vez, la deuda es de $3,000. Creo que es suficiente como para demandarte penalmente por incumplida y de seguro hasta a la cárcel vas a ir a dar, ¿qué opinas de eso, linda?
Kamila: ¡eh! está bien, acepto, pero quiero que me descuente todo, sin trampas.
Don Erick: claro que sí, soy un hombre de palabra, pero ándale, vamos, que ya me anda.
Luego de convencer a la joven, don Erick se asomó para comprobar que nadie estuviera husmeando y puso el letrero de cerrado. Posteriormente pasó a Camila a un pequeño cuarto, el cual ella notó algo descuidado, con basura como latas de cerveza o refresco, y ropa que muy probablemente no estaba limpia. La higiene no era el fuerte del viejo, pensó, pero ya estaba ahí y ni modo. Ambos entraron a la pequeña habitación y el tendero ansioso tomó de la mano a la joven y la llevó a la improvisada cama, que no era más que un tablón y unos bloques de cemento, y giró a Camila y se ...