La alumna transex - Relatos Eróticos

La alumna transex

... medias y mi tanga, al menos por esa vez, además, no quería vestirme toda porque si empezaba a decirme del bondage, no quería quedarme vestida de chica tener que cambiarme si decidía irme a casa. Así solo me vestía de nuevo y podía salir rápido con unos lentes obscuros cubriendo mis ojos maquillados.

Lo vi en una plaza del sur de la ciudad de México, llego muy bien vestido, y se portó muy caballeroso. Me saludo de mano, como si me conociera de siempre, y me dio un abrazo. Caminamos, y platicábamos de cosas triviales. Al paso de un rato, compramos unos cafés y seguimos platicando mientras dábamos vueltas por la plaza. Sentados ya en una banquita del lugar, me empezó a decir que daba clases en una secundaria de paga, así como que tenía su negocio propio, ya que él era ingeniero y trabajaba en proyectos. Me comento de como se le antojaban luego sus alumnas, aunque no hacía nada, porque era un profesor con cierto nombre en la escuela. Me enseño fotos de algunos de sus alumnos, y note que el uniforme de las chicas, era una falda gris, con pantimedias negras, y sweater azul marino. A mi parecer, era un uniforme muy sexy para niñas de secundaria, y se lo hice saber. El asintió a mis comentarios, y luego le comente que en ese momento, traía puestas unas pantimedias de ese mismo color debajo de mi ropa. Él se sonrojo un poco, y me pidió que le mostrara, así que discretamente levante mi pantalón, y le enseñe parte de mi pierna enfundada.

No tardo en decirme que quería ver más, y ...

... me invito a su carro que estaba en el estacionamiento. Llegando ahí, levante más mi pantalón, para mostrarle mis piernas, el me pidió que me quitara los zapatos, para verme mejor. Accedí, y me los quite. Con sus manos, comenzó a acariciar mi pantorrilla y mis pies. Note como se iba excitando de tocarme así nada más. Después, me susurro al oído, que deseaba verme con uniforme como las niñas de su escuela, y me dijo que incluso tenía unos en su casa, ya que había guardado unos de tallas grandes y chicas que no se habían vendido al inicio de ciclo. Le dije que encantada me ponía uno, pero que no quería jugar a ser amarrada, ni nada de eso ese día.

El solo sonrió ante mi petición, y después accedió, no sin antes decirme que si no podía ser mi amo, quería ser mi maestro, y que jugáramos a que yo era su alumna que iba mal en la escuela, y estaba dispuesta a todo con tal de no reprobar el año.

Me pareció un juego muy común, y accedí a jugar con él. Entonces, me pidió que me quitara el pantalón completamente dentro del carro, y que así me quedara hasta llegar a su casa, que a partir de ese momento ya era su alumnita.

Me sentía excitada del peligro de que alguien me viera, o que una patrulla nos detuviera y me encontraran en el asiento del copiloto, sin pantalón y solo con unas medias y tanga. Así que obedecí su petición, y me quite el pantalón completamente quedando solo en las medias.

Arranco su auto, y salimos de la plaza, mientras conducía, me acariciaba las piernas, y ...