1. Que Bonita es la Venganza...


    Fecha: 22/07/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    —Tranquila, cariño... Vengo en son de paz...
    
    Ahí estaba de nuevo, la muy cínica de Margarita, sentada frente a mí, a la hora del almuerzo. El estomago se me revolvió con su sola presencia, creía que no la volvería a ver, pues no había ido a trabajar por algunos días. Yo había asumido que su ausencia se debía a que se había marchado, huyendo por temor a las represalias. Pero no era así, el golpe que le había dado le había fracturado la nariz y su inasistencia estaba justificada por motivos médicos. Lucía maltrecha, sus ojos seguían amoratados y lucía un nada estético vendolete nasal. Ahora que estaba de regreso, me buscaba para ofrecerme disculpas y alguna clase de compensación.
    
    —Bien, te escucho... —Le dije tras sus ruegos, conteniéndome para no volver a golpearla.
    
    Escuché su plan, con algunas reservas. Escuché su propuesta con atención y le dije que lo pensaría. Después de mucho darle vueltas, acepté. Y ahí estaba yo de nuevo, una semana después de aquel desagradable evento. Esperando a la hora y en el lugar indicados, tal vez pecando de ingenua, por confiar en alguien que ya me había traicionado.
    
    Tras llamar un par de veces, Margarita abrió la puerta de su casa. Se veía agitada, señal de que el plan estaba en marcha. Subimos con cautela las escaleras que conducían a su habitación. El corazón me latía con fuerza, por si las dudas, oculto entre mis ropas, mi desconfiada mano mantenía empuñado un instrumento punzo-cortante.
    
    Cuando entré a la habitación, me ...
    ... encontré con un cuadro un tanto bizarro. El tipo con el que había tenido el desafortunado encuentro estaba ahí, sobre la cama, de espaldas a nosotras, con sus brazos atados a la cabecera, las piernas estaban en igualdad de condiciones, estaba semi-arrodillado, con algunas almohadas bajo su cuerpo que le ayudaban a mantener el culo en pompa.
    
    —Ya llegó la pizza, corazón... —Le notificó Margarita, fingiendo una voz entre melosa y chillona—. No te preocupes, ahorita que termine contigo va a seguir tan calientita como lo estoy yo ahora.
    
    El tipo murmuraba algo, pero tenía una bola sujeta a una correa metida en la boca. Margarita me entregó un juguete, de esos que consisten en un consolador sujeto a unas correas y me indicó que me lo pusiera. Ya los había visto en algunos videos, pero nunca había usado alguno. Mientras intentaba ponérmelo, mi cómplice se fue acercando a su pareja.
    
    —Amorcito, te aseguro que esto que te tengo preparado, lo vas a disfrutar como nunca... Pero levanta muy bien tu colita para que te la pueda mamar a gusto, mi rey.
    
    El tipo le hizo caso, elevó su trasero para que Margarita tuviera un mejor acceso a su pene, que pronto comenzó a lamer y a chupar en conjunto con sus testículos. Su lengua ocasionalmente se aventuraba por el perineo, pero sin llegar a tocar el ano.
    
    Yo estaba tardando demasiado en ponerme el juguetito, pero mi calentura se había elevado a grandes temperaturas al ver las evoluciones de mi otrora amiga, o amiga a prueba. Ella me hizo ...
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