Que Bonita es la Venganza...
Fecha: 22/07/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... quejaba, protestaba, era claro que no le gustaba para nada estar del otro lado. Yo seguía en lo mío, incansable, espoleada por el rencor que se albergaba en mi corazón, el sudor y el llanto se confundían en tal acto de catarsis, que a pesar de todo, me parecía hueco, vano... Yo no estaba disfrutando, puesto que usaba como intermediario un instrumento artificial que no me producía placer alguno, ni siquiera una sensación táctil de que estuviera penetrando algo. Esa era una gran desventaja con respecto a lo que había sentido él cuando me había violentado.
Después de un rato de salvaje mete-saca, lo escuché quejarse fuertemente y lo sentí temblando de manera violenta. Me detuve en seco, temiendo haberle causando algún daño grave. Me retiré de inmediato, solamente para constatar que su reacción se debía a que el muy canalla se estaba viniendo, desde mi perspectiva podía apreciar con claridad cómo todavía su pene seguía expulsando algunos chorros de esperma sobre la cama con cubierta plástica.
—¡Ja, ja, ja!... —Fue lo primero que escuché que salió de su boca cuando le quité la bola que la obstruía. Tenía razón, el muy cabrón estaba disfrutando de lo lindo mientras me lo cogía con el consolador.
—Qué rica cogida me diste, corazón... Esa rabia que traías encima hizo que le pusieras una enjundia muy especial... Te lo agradezco de verdad, pocas veces había gozado tanto con ese juguetito... Ahora, si eres tan amable, quítame las correas y háblale a Margara para que ...
... sigamos disfrutando de la calentura que tu vengancita me ha dejado encima... A menos... Que quieras que le sigamos solos tú y yo... Que por mí no hay problema, me encantaría volver a meterte la verga igual que la vez pasada.
¿Que si estaba indignada? ¡Por supuesto que lo estaba! No pude evitar soltar los lagrimones a causa de mi frustrado desquite.
—¡Ay, la nena está llorando!... ¡Ja, ja, ja!... ¡Si no quieres que sigamos cogiendo, entonces vete a lloriquear a otra parte y háblale a la Margara que yo sí quiero seguir cogiendo!
Me quité el arnés y con él en la mano me encaminé hacia la puerta, toda llorosa y presa de una frustración como no había sentido jamás. Pero, en cuanto toqué la perilla de la puerta y ante las burlas del tipejo, que ahora imitaba burlescamente mi llanto, decidí dar un golpe de timón a los acontecimientos.
Aseguré la puerta e incluso la atranqué con el respaldo de una silla. Volví sobre mis pasos, con una seguridad pasmosa, me trepé a la cama hasta susurrarle al oído:
—Está bien, la noche es joven y podemos seguir cogiendo hasta el amanecer... ¿Te agrada la idea?
La sonrisa que me devolvió era signo inequívoco de que le encantaba la propuesta que llegaba hasta sus oídos.
—En vista de que te encanta que te la metan por atrás, para seguir haciéndolo, necesito que lo lubriques muy bien con tu saliva —le dije, ofreciéndole el consolador para que se lo llevara a la boca.
—Lo haré, si lo haces tú primero... —Me retó, con una sonrisa ...