1. De mis vacaciones con la tía Bertha (Parte VII)


    Fecha: 22/07/2022, Categorías: Transexuales Autor: Dann24, Fuente: CuentoRelatos

    ... morado que hacía juego con una tanga del mismo color. Ese detalle me encantó, así que me desvestí con cuidado y me atavié con esas prendas que hacían lucir bellísimas mis piernas, caderas y nalgas. Revisé mi maquillaje, que el peinado aún estuviera en su lugar y me di un ligero toque de perfume en mis zonas estratégicas. Cuando volví a la habitación, ésta se hallaba iluminada con un tono de luz más tenue, y pude apreciar que mi hombre me esperaba acostado, en calzones, y con una botella de whisky en la mano, de la que se servía en un vaso de vidrio del motel.
    
    Cuando me vio dejó lo que estaba haciendo, se incorporó de la cama y de tres zancadas me alcanzó. Volvió a abrazarme fuertemente en lo que me decía lo hermosa que estaba, lo sexy que le parecía y lo agradecido que estaba por permitirme ser el primero en poseerme. Me besó despacio, y fue subiendo poco a poco la efusividad de sus besos, en lo que sus manos recorrían con ansiedad mi espalda, se detenían en el nacimiento de mis glúteos, y acariciaban mis pechos. Yo me sentía en las nubes, y sin que mis labios se separaran de los suyos, fui explorando su vientre bien formado, los hombros infinitos y su pene que a cada momento se apreciaba más grande y fuerte. Entonces no pude contenerme, tenía que ver la clase de monstruo con la que me enfrentaría. Me puse en cuclillas y le baje el calzoncillo: ahí pude notar que la imaginación se adecuaba a la realidad.
    
    Una enorme tranca de por lo menos 19 centímetros se encontraba ...
    ... erecta frente a mis ojos. La tomé con mis manos y empecé a besarla por todas partes. Luego me la metí a la boca, intentando succionar de ese manjar salado y robusto por primera vez. Ricardo dio un ligero traspiés y acabó sentado en la cama, pero su miembro ya era mío y no acabaría de serlo hasta conseguir ordeñarlo del todo. Mame al principio con delicadeza, pero al parecer mi hombre tenía mucha resistencia, por lo que acabé por hacerlo con avidez. Realmente quería tener su sabor en mi boca, entender si su fruto sería dulce o amargo. Y Ricardo tomaba mi cabeza y de cuando en cuando me la estrellaba contra su pelvis, intentando no ser brusco pero saliéndole el instinto primitivo del macho en celo.
    
    No recuerdo cuanto tiempo estuvimos así, hasta que mis piernas se cansaron y mi boca dolió de tanto procurar sacarle el precioso néctar. Entonces él me levantó, me colocó de espaldas encima de la cama y dijo:
    
    -Gracias princesa, ahora es mi turno.
    
    Tomó un frasco de crema que no sé de dónde sacó y empezó a frotarme la espalda baja. Concentró sus esfuerzos en mis piernas, en las nalgas y en mi inexplorado hoyito. Con sus fuertes brazos rodeó mi cintura y la elevó, de tal suerte que mi trasero quedó firmemente a su disposición. Contempló el milagro de mi anito, el marco que mis delicadas pero grandes nalgas hacían de él y dijo:
    
    -Eres hermosísima amor.
    
    Quiso tomar mi pene -que en ese momento ya se encontraba erecto-pero al sentir su primer jalón, recordé lo que la tía me había ...