De mis vacaciones con la tía Bertha (Parte VII)
Fecha: 22/07/2022,
Categorías:
Transexuales
Autor: Dann24, Fuente: CuentoRelatos
... dicho sobre la masturbación y, mientras le quitaba sus manos de ahí, alcancé a decirle:
-Por ahí no amor.
El entendió, en lo que me iba frotando con el ungüento la entrada de mi recto. Metió uno, dos y hasta tres dedos, en lo que no paraba de acariciar con la otra mano mi espalda. Y yo ya empezaba a sentir rico, pues era como la sensación de los tampones, cuando Ricardo se detuvo de pronto. Y en ese momento sucedió. Sentí como de pronto un objeto más firme y grueso empezaba a procurar entrar dentro de mis piernas, y comprendí que era su pene por el inclemente grosor y longitud que deseaba ingresar por ahí. Me sentía muy caliente cuando los primeros centímetros ocuparon el espacio que les había sido permitido por mi culo, pero cuando la presión aumentó pude experimentar un dolor agudo que literalmente me hizo mover mis brazos buscando la manera de zafarme del intruso que empezaba a entrar en mi cavidad.
Empecé a llorar cuando le pedí que la sacara, que era muy grande y que no iba a alcanzar caber en tan pequeño agujerito. Pero él ya no podía contenerse, su sexo exigía llegar hasta el fondo y conquistar ese territorio que le estaba perteneciendo a cada milímetro que iba ingresando. Dijo que sí, y se detuvo un poco, intentando que mi anito se acostumbrara, pero un momento después siguió entrando, destrozando a su paso lentamente las barreras que mi intimidad le proporcionaban. El empezó a jadear, mientras yo lloraba, sabiendo que ser mujer era difícil, que era muy ...
... doloroso, y que en adelante no haría nada para inclinarme por algún género, a la vez que su miembro se hundía cada vez más dentro de mí.
De pronto noté que había entrado todo, porque sus testículos ya chocaban contra mis nalgas. Y cuando lo peor hubo pasado, Ricardo empezó a meterla y sacarla lentamente. Y cuando ya llevaba ritmo en su actuar, súbitamente comencé a sentir rico, cada vez más, hasta que el dolor inicial se convirtió en unas tremendas olas de placer que me inundaban desde mi recién descubierto clítoris hasta todo el resto de mi cuerpo. Me retorcía de goce, en tanto él se encargaba de demostrarme su virilidad a cada embestida que me daba. Y de mi boca salieron gemidos, quejiditos y jadeos que no dejaban duda de que era una mujer, su mujer, y que estaba disfrutando de lo lindo con su ejemplar masculinidad que había hecho despertar a la hembra que vivía en mí.
-Más rápido amor. Más fuerte- pidió una voz que salió de mis labios, sin que yo pudiera reconocer el mensaje que decía. Y Ricardo obedeció, dándome con aún más ímpetu, hasta que de mi pene salió disparado mi semen femenino.
-Me vengo amor. Que me vengo- dijo el mientras su bombeo se intensificaba. Y yo supe que ese era mi hombre, el primero y quién me había desflorado al fin. Y de quien quería mucho más que un solo recuerdo.
-¿Traes puesto el condón amor?- le pregunté.
-Si- respondió él, al tiempo que supe que se estaba conteniendo de eyacular.
-Quítatelo.
-Pero... -quiso ahora protestar ...