De mis vacaciones con la tía Bertha (Parte VII)
Fecha: 22/07/2022,
Categorías:
Transexuales
Autor: Dann24, Fuente: CuentoRelatos
... él
-Quítatelo por favor. Que los quiero adentro de mí.
Ricardo salió un momento de mí, y supe que se había quitado ese plástico por la textura de su piel al entrar de nuevo en ese lugar que ya no ofrecía resistencia. Y me dio duro otra vez, hasta que su tranca se puso aún más rígida y sentí como se removía en mi interior, al mismo tiempo en qué su tibia leche inundaba todo mi recto, hasta que de su musculoso falo salieron ríos de líquido viscoso con olor a cloro, a macho, a hombre.
Así estuvimos un rato abrazados, sin que el saliera de mí, y yo aprecié cómo su pene se iba poniendo flácido nuevamente, hasta que hubo alcanzado su tamaño normal y Ricardo lo sacó de mi interior.
-¿Y ahora que le diré a mi tía?- le dije, mientras mi mano se posaba en el viril pecho de mi semental.
El me dio un beso y dijo:
-Nena. No tienes de que preocuparte. Si la idea de traerte aquí fue de ella. De hecho, el baby doll fue su regalo para ti.
-¿De verdad?- pregunté entre confundida y contenta.
-Si, desde luego. Hace rato, en su casa, ella me dijo que lo que todo lo que te hacía falta para ser una verdadera mujer, era -así me dijo- una buena cogida.
-Ahh- le dije en lo que me incorporaba de la cama.- por favor, llévame con ella ahora mismo.
-Pero nena- quiso insistir él
-Por favor Ricardo- le pedí, en lo ...
... que buscaba la ropa que se había perdido entre el piso alfombrado de la habitación.
El entendió. Nos vestimos apresuradamente y, en silencio, condujo de regreso hasta la casa de la tía. Al llegar ahí, lo besé con cariño una sola vez en lo que le decía:
-Gracias amor. Mi primera vez fue fantástica y estoy contenta de haberla compartido contigo. Ahora llevo algo tuyo adentro y eso me hace sentir muy femenina y feliz.
-Gracias a ti Danny. ¿Volveré a verte?
-Tal vez- le dije mientras le guiñaba un ojo y corría apresurada a casa. Al entrar, la tía me aguardaba en el sillón de su sala, y yo recorrí despacio los metros que me separaban de ella. Al hallarme apenas a centímetros de su corpulenta efigie, Bertha se dirigió a mí y, sin soltar las agujas con que tejía su estambre, dijo:
-¿Y bien Danny, eres ya una mujer?
-Ya tía. Lo soy- contesté radiante y orgullosa.
-¿Te gustó?
-Si tía. Me gustó.
-Ven pequeña- me dijo, en lo que tiraba su hilado al suelo y me ofrecía sus brazos. La abracé con cariño, en lo que ella me decía:
-Ahora Danny, quiero que luches por ti, por ser quien realmente quieres ser. Yo te ayudaré en algunas batallas, pero la guerra es solo tuya. ¿Me has entendido?
-Si tía. Así lo haré- le respondí, en lo que de mis ojos se escurrían un par de lágrimas. Y así fue como todo inició.