Un cumpleaños necesario
Fecha: 28/07/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: dlacarne, Fuente: RelatosEróticos
... bueno, no podía creerme nada de lo que estaba pasando. No duramos mucho en esa posición, pero fue intensísimo; le había clavado las uñas en la espalda, sin ser consciente, llegando a hacerle sangre. Me dejó sobre el sofá de los juguetes y tiré de él hacia mí, agarrándolo de la polla. Le escupí mientras la manoseaba y la rodeé con mis tetas, haciéndole una cubana. Con cada cosa nueva que hacíamos, seguía impresionándome: era la primera polla que no se perdía entre mis pechos; la rodeaba en su base y sobresalía por arriba, como un mástil erguido ¡Podía tocar con la lengua su glande mientras le hacía la cubana! Se me caía la baba, bajando el largo tobogán des u polla, hasta llegar a mi canalillo. Éramos unos cerdos y loe estábamos disfrutando de lo lindo. Le dije que se tumbara detrás mía, le hice un hueco y, sin más dilación, seguimos follando. Me agarró las dos tetas desde atrás, pasando un brazo por debajo de mi cuerpo. Manoseada y ensartada disfruté de mi posición favorita del mismo modo que lo hacía con Jack. Jack... lo había olvidado. Casi caigo en un pozo en pleno coito de no ser por el aliento de Lex, que noté en la nuca, arrimándose, buscando ver mis tetas, deslizando su lengua y dientes por mi oreja.
Los juguetes que trajo Hanna estaban junto a mi cabeza. La bala vibradora me llamó la atención y estiré el brazo para cogerla, mientras era empalada. Casi se me cae al encenderla de la potencia que tenía. Me la coloqué con cuidado en la palma mano, tratando que no se ...
... escapara y fui directa al clítoris. Se hizo el silencio, todo estaba a oscuras, la sangre galopaba por mis venas y mis músculos se contrajeron. La potencia de la bala, junto a la polla de Lex ensartándome fue demasiado. No pasaron más de tres segundos cuando fui presa de unos de los mayores orgasmos de mi vida. Grité tanto que todos pararon de follar. Las extremidades me fallaron, desconecté de la realidad.
La vibración de la bala en mi mano me hizo regresar. No sé cuanto tardé en reaccionar, pero Lex estaba a mi lado preocupado. Me reactivé rápidamente al verlo todavía empalmado y me lancé a comerle la polla, poniendo la bala en sus huevos. Haciendo que se retorciera con un gritito, agarrándose a la tela del sofá.
Trataba de devolverle todas las sensaciones experimentadas haciendo un gran trabajo con mi lengua sobre su glande, tragando con ritmo. Por mi derecha apareció Hanna, arrodillándose a mi lado para comer del mismo plato que yo. Ella la base, yo la punta, la bala en los huevos. Ella subía, yo bajaba. Nos rodeamos la una a la otra la cintura con nuestros brazos y juntamos los cuerpos, así como juntamos las bocas. Tras compartir comida me dijo que le tocaba, se puso en pie y se sentó sobre la polla de Lex. Pese a lo pequeña que era Hanna y lo larga que era la polla de Lex, entró casi por completo, como si un agujero negro se la tragara. "Te tenía abandonado", le dijo moviendo la cadera en círculos, antes de galopar. Se besaron y comenzaron la follada más salvaje de ...