Un cumpleaños necesario
Fecha: 28/07/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: dlacarne, Fuente: RelatosEróticos
... entrar y salir gente guapa híper arreglada, medio hasta vergüenza. Una vez dentro tardamos poco en dar con las chicas. Me puse súper contenta al verlas. Estaban Sylvia, Drew, Enma y su amiga Ashley y, por supuesto, Hanna, que corrió a darnos un abrazo al vernos. Dando saltitos, se abalanzó sobre nosotras y nos estrujó a Mia y a mí.
-¡Vaya, qué divina viene Mary a su cumpleaños!
-¿A que sí? - contestó Mia con énfasis -. Ya se lo he dicho yo.
-Tú también estás muy guapa, Mia, pero es que vienes como siempre. Por eso no te he dicho nada - se rieron a carcajadas asintiendo las dos-. ¡Y así me gusta, luciendo esos pechotes! ¡Que para eso los tenéis! ¡Podríais repartir! - dijo sin parar de reír, señalando su pecho plano.
Nos acercamos a la mesa para saludar y abrazar al resto.
-Ya que estamos todas, tendremos que tomarnos unos tequilas, ¿no?
Maldita Hanna, no se le podía decir que no. Casi vomito al tomarme el chupito de buenas a primeras. Empezamos muy fuerte y la cosa solo podía ir a más. Los chupitos, las cervezas y las copas no tardaron en volar. Las chicas bailaban y cantaban, rebosantes de alegría. Mia se quedó a mi lado fingiendo que sabía bailar, sin vergüenza alguna, moviendo ese culillo de pollo que tenía, pequeño pero respingón. Sonreí, pero fue una sonrisa cargada de tristeza. Sabía que todo aquello era efímero y con fecha de caducidad inminente; las miré a todas ellas y pensé en lo bien que nos lo habíamos pasado en tiempos muy cercanos, en como le ...
... dimos rienda suelta a la pasión y a los secretos que guardaba con cada una y que el resto no sabía. Había perdido todo eso, yo solita, por un tío, por la peor relación que podía imaginar, de donde no sabía salir.
Los chicos se acercaban a Hanna y ella jugaba con ellos con descaro, moviendo sus tremendas caderas como la mejor, perreando hasta abajo con sus redondeados y fuertes muslos, restregando su culazo contra ellos y luego alejándolos para no volver a saber nada. Llevaba un look similar al mío, pero nuestros cuerpos eran tan distintos que no lo parecía. Vestía una camisa azul bastante desabrochada; a pesar de no tener pecho, su escote era precioso por los tatuajes que lucía; llevaba una minifalda de cuero sintético negro, algo más larga que la mía, unas medias trasparentes que reafirmaban el volumen de sus imponentes piernas y el pelo recogido con un pañuelo rojo.
Un chico espigado, negro, delgado y de grandes manos se le acercó por detrás, agachándose para rodearle la cintura con su largo brazo. Hanna se giró rápidamente para ver quien era y se alegró sobremanera al comprobarlo. Se abrazaron, se dieron besos y se hicieron carantoñas varias. Con un solo brazo, él la levantó del suelo mientras ella agarraba su cara, juntándola con la suya. Me sonaba el chico de que era alguno de sus ligues recurrentes. No tardaron en bailar juntos haciéndose los reyes de la pista con tremendos movimientos e increíbles golpes de cadera. Con lo pequeñita que era Hanna, el chico hacía lo ...