Un cumpleaños necesario
Fecha: 28/07/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: dlacarne, Fuente: RelatosEróticos
... enorme mano sobre mi hombro. Mi impresionó un montón.
-Mary está triste, Lex. Tenemos que hacer que se ponga contenta, porque es un persona muy muy bonita que se merece lo mejor - se dieron un nuevo beso al terminar la frase.
-¿Y qué podemos hacer para que se ponga contenta?
-No sé, déjame que piense. Mmm. A mí me ha puesto contenta el beso que me has dado ¡Dale un beso a ella!
Casi me atraganto con la copa. La muy zorra dibujó una sonrisa malévola en su rostro angelical. Esa sonrisa ya la había visto una vez.
-¿Cómo voy a hacer eso, cariño?
-¡Que sí! ¡Hazme caso! Que se tiene que poner contenta, que me da mucha pena verla triste. ¡Venga, tus besos mágicos son su última oportunidad!
-Bueno...¿Me permite un beso, señorita?
-Yo no digo nada.
-¡Que sí! ¡Que se besen, que se besen!
Y así fue. Ese pedazo de hombre de 1,90 me dio un inocente pico tras la insistencia de Hanna. Fue poca cosa, pero admito que sentí cierto picorcito por la parte baja de la barriga.
-¡Buuu! Con ese beso solo tiene para ponerse medio contenta. No la hemos salvado de todo, pero servirá para esta noche.
Su mirada, intensa y malvada, trajinante. La recordaba a la perfección. Era la misma que el día que consiguió que hiciéramos un trío con Jack. La misma mirada, la misma risa, las mismas tretas. ¡Qué amiga más zorra!, pensé, pero un deseo ardiente comenzó a brotar en mi interior haciéndome temblar.
-¡Suavemente, bésame! - cantó de repente Hanna, al compás de la música ...
... que sonaba. - Tenemos que bailar esta, Lex. ¡Es mi canción favorita!
Se fueron corriendo, abriéndose paso entre el gentío, dejándome allí plantada, alucinando, y continuando la canción en mi cabeza "que quiero sentir tus labios, besándome otra vez".
En un momento ya estaban otra vez en el centro de la pista, bailando como posesos, haciéndose polvo. Y yo sola, de nuevo, como al principio. Vi a Enma sentada en nuestra mesa, descansando. No tenía ganas de hundirme de nuevo sola y quería mantener el ánimo hablando con alguien, aunque fuera contando penas.
-¿Cómo estás, cariño? - dije mientras me acercaba.
-Reventada, tía. Menudo tute de bailar que me he dado. ¡Cómo lo echaba de menos!
-La verdad que habéis estado a tope todas, estoy muy orgullosa de vosotras.
-Se hace lo que se puede, Mary. Pero al lado de Hanna nos quedamos todas en ridículo. Mírala, ¡qué ritmo tiene! ¡Qué manera de mover el culo! ¡y tiene energía infinita, la tía!
-Ya, ya me he dado cuenta.
-¿Has visto al pavo con el que está?
-Sí...
-Uff, me pone muchísimo, tía. ¡Qué envidia! ¡Cómo liga la cabrona! Y siempre con tíos buenos, no sé como lo hace.
-Ya, ya... yo también me lo pregunto.
Hanna y Lex eran el centro de todas las miradas. Se le había subido tanto la falda que todo el mundo podía verle el culo. Sus bailes eran una declaración de intenciones. Hanna restregaba sensualmente su entrepierna, con hipnotizantes golpes de cadera, sobre el muslo de Lex, mirándose con lujuria, ...