Un cumpleaños necesario
Fecha: 28/07/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: dlacarne, Fuente: RelatosEróticos
... alarmas. No quería que todos me vieran el coño, pero tampoco quería que el chaval pensara que no me apetecía, así que mi resistencia fue bastante vaga.
Nos despistamos comiéndonos la boca y el juego se paró. Nuestra pasión fue contagiosa y Lex y Hanna no tardaron en imitarnos. Esta chica siempre era más exagerada que yo: acababan de comenzar a darse el lote y ya tenía la mano dentro de sus pantalones, haciéndole claramente una paja y dejando asomar la puntita de la terrible lanza negra de vez en cuando. Me picaba la curiosidad por seguir mirando, esperando poder ver más de su larga polla, pero se sentó sobre Lex, que rápidamente echó mano a su culo, levantando la falda, y me taparon la visión. Recordé entonces que tenía en frente otro buen aparato negro para mí y lo agarré con fuerza.
-Bueno, parece que me voy a ir ya – dijo muy apurada Enma, levantándose a toda prisa, comprendiendo la situación.
-¡No!¿A dónde vas a ir ahora? ¡Quédate, porfa! Vamos a hacerle un hueco a nuestro lado, Lex.
Esa voz otra vez, esa risita malvada. ¡Qué cabrona, va a proponerle el trío a Enma! pensé. ¡Menuda carambola, qué afortunada! A pesar de la pequeña envidia sentida, yo era muy feliz con mi negro fortachón y la aventura "extramatrimonial" que se me presentaba como regalo de cumpleaños.
Se habían callado, deberían de estar ya empezando. Me olvidé de ellos y me centré en mi súper maromo, era una oportunidad única de una sola noche, tenía que exprimirla al máximo. Me volví loca ...
... de repente y mis besos se convirtieron en bocados que lo empujaban contra el respaldo del sofá. Con las manos traté de bajarle la bragueta pero, estaba tan nerviosa que no atinaba. Cual fue mi sorpresa cuando unas manos ajenas me ayudaron a encontrarla. Seguía escuchándolos pegarse el lote en el otro sofá, me asusté bastante y miré desconcertada hacia mi izquierda. Era Hanna, con su risa y su mirada malvada, dibujada en su rostro angelical perenne. Arrodillada frente a nosotros, me ayudó a bajarle la bragueta y a sacar la monstruosa polla gorda y negra de Josh. Aún perpleja, miré hacia el otro sofá y vi a Lex con media polla fuera y a Enma haciéndole una mamada.
Estaba asimilando todavía con el tacto el grosor de la polla que tenía entre las manos, cuando Hanna me la quitó para metérsela en la boca, no sin dificultad. La cara de incredulidad de Josh era un poema. No hice preguntas, no traté de comprender nada. De perdidos al río. Ya que iba a pecar, pecaba a lo grande, así que le agarré la mandíbula, dirigí su mirada hacia mí y volví a comerle la boca a mordiscos. Noté como su tensión se alivió en un segundo. Le quité la camisa y acaricié su musculado torso. Jamás había estado con un hombre de estas características. El metió la mano entre mi camisa para agarrarme una teta con fuerza. Le aparté la mano y le puse la cara contra mi escote, haciendo fuerza. Hanna, a pesar detener la boca grande, continuaba haciendo esfuerzos para tragársela, así que optó por la masturbación ...