1. Layla, una carita angelical, un culo divino


    Fecha: 29/07/2022, Categorías: Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    Conocí a Layla en mi segundo semestre en la universidad y aunque ella no era estudiante, vivía en los apartamentos donde me había cambiado, pues realmente nunca me gustó compartir habitación con nadie más y es que soy partidario de la higiene y el orden y mi compañero de habitación era un tanto desordenado y también a mi me gusta mi privacidad.
    
    Layla vivía en el piso superior y desde la primera vez que la vi me llamó la atención. Es ese tipo de chica que viste sensualmente. Tenía una sensual figura y una carita angelical con unos preciosos ojos azules. Siempre me dio la idea que trabajaba de bailarina erótica o era de esas chicas que se dicen llamar edecanes en un negocio clandestino para no ser evidente la prostitución de la alta clase. Realmente era muy hermosa, a cualquier hombre le llamaba la atención de cómo lucía, pues su trasero y sus curvas realmente eran divinas. Algunas veces la vi en la piscina luciendo un pequeño bikini que lo demás lo dejaba a uno a la imaginación. Era una chica simplemente hermosa.
    
    Algunas veces me sonrió y me saludó de cortesía, pero nunca hicimos plática cuando nos cruzábamos en los pasillos o en la alberca del complejo de apartamentos. La plática llegó cuando estábamos en la lavandería, pues al igual que ella había notado que los viernes al mediodía, era cuando menos ocupado estaba. En cierta ocasión me hizo saber que la secadora que usaba estaba ya disponible. La vi salir con su cesta y tan pronto metía mi ropa a la secadora divisé ...
    ... que había olvidado una prenda interior. Era un bikini diminuto a rayas de tonos azules, del cual me lo quedé simplemente para luego hacer volar mi imaginación.
    
    No sé si lo hacía adrede, pero en otra ocasión pasó lo mismo y esa vez había dejado una tanga de color fucsia, la cual también me la quedé, pues esta vez me di cuenta hasta que se había secado mi ropa. Por estos días hablábamos poco… era una distanciada amistad, si es que se le podría llamar amistad, la verdad que la comunicación era breve y me tomaba el tiempo para poderla admirar desde la distancia, pues Layla se miraba divina en sus pantalones deportivos ceñidos a su cuerpo o con esos pantalones cortos, que realmente eran cortos casi mostrando las curvas de sus nalgas. A muchos de los machos que vivíamos ahí nos volvía locos.
    
    No recuerdo precisamente el tiempo que pasó, pero una madrugada me despertaron los jadeos y gemidos de Layla. Podía escuchar el golpeteo de una cama que llevaba ese ritmo de un vaivén de una tremenda cogida. Me puse a imaginar la follada que le estaban dando a Layla y saqué sus calzoncitos olvidados para imaginar el culo que este tipo con suerte se estaba cogiendo. Esto ocurrió en varias ocasiones y siempre a estas horas de la madrugada. No me la pajeaba pues nunca me ha gustado la autosatisfacción y también por estos tiempos, tenía la suerte de tener varias chicas con quien desahogar estas presiones y prefería guardar las fuerzas para estas chicas, que simplemente pajeármela. Aquello me ...
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