1. El cepillo de madera


    Fecha: 10/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... lo conservo y, por supuesto, lo utilizo. Jamás he vuelto a verlas ni he querido saber de ellas."
    
    ¡Como me había puesto la historia de Montse!: no la dejo continuar hablando y rápidamente me lanzo como un poseso a por sus tetas. ¡Qué manjar!. Se queja un par de veces (después de lo que había escuchado mis besos y mordiscos son más fuertes y apretados que en otras ocasiones) y tras amasarlas, mamarlas y comerlas un buen rato le doy la vuelta para que se ponga a cuatro patas y penetro en su mojadísimo coño de un solo golpe. Cierro los ojos y me imagino a Montse en el colegio penetrada por el mango de madera del cepillo; ¡joder, qué excitante!; me está encantando follarme a esta mujer y después de cada pollazo darle un sonoro azote en su duro culo (primero con timidez y después dando con fuerza). ¡Qué corrida más buena!; guau, me apunto a muchas más.
    
    Ha sido un polvazo de los que se recuerdan, pero quizás demasiado rápido para Montse, así que cuando me recupero un poco pongo mi boca entre sus piernas y le hago un buen trabajo de comida de coño hasta que, como siempre, se corre cerrando los ojos y dando un grito muy largo, ronco y sordo. Poco después enciende un cigarrillo y se pone a hablar: "cabronazo, ¿te ha puesto mi historia colegial, eh?. Nunca te había visto tan excitado y hasta ahora nunca me habías dado azotes en el culo; ¡qué guarro eres, mamón!; además, ni siquiera te has preocupado de si me corría o no hasta después de tu orgasmo."
    
    "Lo siento, Montse, ...
    ... perdona, pero ha sido muy excitante, me he puesto muy cachondo; un polvo cojonudo, una corrida salvaje que te agradezco. Por cierto, aún no me has contado qué pasa con tu madre cuando llegas tarde y con aspecto de haber estado con un hombre. Anda, cuéntamelo, tengo verdadera curiosidad y, lo reconozco, me da morbo, mucho morbo."
    
    Se ve que tenía ganas de hablar o de soltarlo todo porque siguió con su historia: "mi madre siempre pensó (decidió) que mi hermano Rafael entraría en la guardia civil, se casaría, le daría nietos y yo sería quien la cuidara a ella y atendiera el negocio de la mercería. Pronto quedó claro que no iba a ser así. Mi hermano se hizo cargo de la tienda al terminar el colegio (allí sigue con mucho éxito: ha abierto tres sucursales en centros comerciales) y yo quería seguir estudiando. Creo que mi madre no lo ha digerido muy bien y desde siempre me culpa de no haber querido respetar sus planes para sus hijos, especialmente lo de Rafa, y no me perdona."
    
    "Mi padre era guardia civil pero la que verdaderamente ha ejercido como tal es mi madre. Siempre nos ha tratado de manera dura y estricta y jamás ha permitido que en casa se dude que es ella quien manda, exigiendo respeto, disciplina y acatamiento de sus órdenes. Con veinte años me hacía volver a casa a las diez de la noche y cuando me entretenía me insultaba (perra golfa es su insulto preferido), me pegaba varias bofetadas y me castigaba sin dinero para mis gastos.
    
    Me rebelé en muchas ocasiones, pero siempre ...
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