1. Un fin de semana de mucho placer (1/2)


    Fecha: 04/08/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: John18, Fuente: CuentoRelatos

    ... azúcar, como era mi costumbre y ella pidió un té. Pude conocerla mejor y descubrir que además de hermosa era una mujer con un sentido del humor fantástico y una inteligencia excitante. Ella tenía 35 años. Me contó que era soltera, que hacía unos años había vivido con un hombre, pero que por sus celos y su poca disposición para divertirse terminó por aburrirla y sin más lo terminó. Me contó que había muchos tipos en la Asamblea que la cortejaban: políticos, asistentes, secretarios particulares, líderes de bancada, etc. pero que a su gusto eran gente sin cerebro que solamente la veían a ella como un trofeo. Escuchar que ella se asumía como un trofeo me calentó. Saber que en ese preciso momento tenía a aquella chica frente a mí, contándome pasajes de su vida y ver esa sonrisa tan natural y perfecta me hacía latir y vibrar. Terminamos nuestras bebidas y volvimos al Congreso a retomar nuestras actividades, pues la manifestación ya había terminado.
    
    Después de aquella breve reunión el saludo fue siempre acompañado de un beso, una sonrisa y un abrazo. Algunas veces ella estaba conversando con uno, dos o tres hombres que la rodeaban en actitud de asecho y ella interrumpía la conversación para ir hacia mi o ponerse en una posición disponible y abrazarme. Era maravilloso. Ahora ya podía oler ese perfume fresco y besar esa piel suave todos los días.
    
    En otra ocasión coincidimos en una sesión del Congreso, llegué mucho antes de que iniciara la reunión y me senté lo más retirado ...
    ... posible de la tribuna. No me gustaba estar cerca de esa gente porque el aburrimiento se hacía latente después de dos horas de escuchar discursos vacíos. Justo estaba revisando mi celular cuando la vi entrar por la puerta principal, con un vestido blanco entallado que le marcaba su figura espectacular y un abrigo que la hacía ver muy elegante. Yo todos los días llevaba saco y corbata. Cruzamos miradas, alcé la mano y le extendí el saludo. Aunque varios hombres se acercaron a saludarla, ella no perdió el rumbo y se dirigió exactamente donde yo estaba sentado, se inclinó, me besó en la mejilla y me dijo al oído, "menos mal que estás aquí, esta gente es insoportable". Acto seguido se sentó en el lugar continuo al mío y empezamos a platicar de cualquier cosa. Me sentía feliz, viendo como esos tipos potentados me veían con recelo y cierto desprecio.
    
    Sacó su celular, hizo un par de llamadas y cuando colgó me dijo "¿no tengo tu número, verdad?". Le dije que no y se lo pasé, advirtiéndole (en tono de broma) que no me gustaban las llamadas a media noche, ni muy temprano. Guardó mi número y me marcó, para que pudiera guardar el suyo. No sé qué habrán aprobado en aquella sesión, cuántas leyes o reformas habrán debatido ni cuántos legisladores asistieron, pero recuerdo perfectamente esas cinco horas en medio de risas, pláticas sobre nuestros gustos, recomendaciones de cine, música, lugares comunes y viajes del pasado y futuro. Cada conversación con ella reforzaba más y más mi gusto y mi ...
«1234...»