1. El profesor de natación


    Fecha: 25/08/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la camilla. Entonces se oyeron un par de golpes en la puerta.”¿Estás lista?” preguntaba Toni desde el otro lado. “Un momento por favor, dame un minuto” respondió Natalia y me sorprendí de sentir su voz tan cerca. Caí entonces en que lo que veía no era ninguna película erótica, nada de eso estaba pasando tras la pantalla de un televisor. Era real, yo estaba allí, ellos estaban allí y la situación se ponía caliente por momentos.
    
    Entonces, justo antes de tumbarse sobre la cama de masajes pareció cambiar de idea. Dejó un momento la toalla y se quitó el top por encima de la cabeza. Sus redondos pechos botaron al salir a la luz, tersos y llenos. Pude ver como los pezones se endurecían rápidamente al tiempo que Natalia tenía un escalofrío. Enseguida se tumbó boca abajo tapándose con la toalla la espalda y el culo. Allí estaba mi novia, prácticamente desnuda, con sus grandes pechos apretados contra la mesa de masajes y un minúsculo tanga tapando sus intimidades. Tenía la cabeza hacia mí, de manera que no podía verle las piernas claramente. Me sentí decepcionado, podía comprobar que la toalla era demasiado corta para cubrir completamente sus glúteos recorría la espalda y se elevaba sobre el culo pero apenas llegaba a la mitad del mismo. No sé si ella se daba cuenta de ese hecho pero yo tuve claro que lo primero que vería Toni al entrar sería el espectáculo del culo de mi novia, y quizá, si ella no juntaba bien las piernas, vería que la pequeña tira del tanga no cubría para nada su ...
    ... coñito.
    
    Al cabo de unos momentos Toni volvió a llamar a la puerta y Natalia respondió con un "pasa". Al entrar vi que miraba hacia donde yo estaba, no sé si llegó a verme pero sonrió y su sonrisa se hizo mayor cuando miró hacia la mesa de masaje y vio el culo de mi novia. "¿Estás cómoda?", le dijo mientras abría la vitrina y cogía un frasco de aceite de su interior. Ella respondió con un pequeño "sí" desde el agujero de la camilla. "Relájate", continuó él, "comenzaré con un calentamiento de muslos y gemelos para después trabajar mejor la zona dañada". Se puso aceite en las manos y las frotó una contra la otra para templarlas un poco. Vertió entonces un hilo de aceite a lo largo de sus piernas, desde los tobillos hasta donde se acababan los muslos y, situado a los pies de la camilla, puso sus grandes manos sobre los tobillos y empezó a subirlas poco a poco por los gemelos extendiendo el lubricante por la piel. A medida que sus manos subían por las piernas, las de Natalia se aferraban con más y más fuerza a las patas de la mesa. Cuando las manos de Toni se detuvieron en el inicio de su culo los brazos de mi novia estaban tan tensos que la camilla casi temblaba. Toni sonreía, con la vista fija entre las nalgas de Natalia. Volvió a repetir la misma acción varias veces, subiendo poco a poco las manos por los gemelos y los muslos hasta pararse justo bajo el glúteo. Con cada nueva friega la toalla resbalaba unos centímetros exponiendo más el trasero de Natalia. Desde mi posición ...
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