1. Coqueteando con el empleado de mi esposo


    Fecha: 29/08/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hacia mí, y bajo el pretexto de que me pareció haber encontrado la botella en una de las que estaban abajo, me agache un poco consiguiendo rozar mis nalgas con su pantalón.
    
    Enzo reacciono quedándose inmóvil adrede todo el tiempo que yo me tarde en bajar, tomar la botella y subir nuevamente. Luego el termino de acercase a tomar la de arriba aunque sin rozarme sino con su brazo.
    
    Para este punto creo que las cosas se me estaban saliendo de las manos. Había que ser estúpido para no darse cuenta de que le había rozado con mi culo descaradamente y él no era estúpido para nada. Por otra parte, Enzo no parecía doblegarse. Nada de lo que me decía insinuaba algo determinante y esa situación estaba comenzando a frustrarme. Pero desde luego su actitud, su seguridad, la inteligencia con la que se desplazaba por el tablero estaba comenzando a llamar mi atención más de lo usual. Definitivamente este tío no es alguien normal –Pensé- .
    
    El punto de inflexión vino cuando él mismo me pregunto si ya había escogido la botella. Básicamente sugiriéndome lo que yo también sabía: que no podíamos pasar mucho tiempo allí y era momento de irnos. ¿Pero qué le pasaba a este tipo? Lejos de ser sutil, mis insinuaciones estaban rayando en lo obvio y aunque él las estaba pillando todas, estaba muy lejos de insinuar algo determinante.
    
    Todo esto lo iba pensando mientras tomaba la botella de vino y caminaba hacia la puerta. Mi cara ardía junto con mis manos cada vez que imaginaba su sonrisa de chico ...
    ... malo sugiriéndome que sabía por dónde iban las ondas que le estaba mandando, pero que él no caería. Básicamente, aunque nadie hizo o dijo algo determinante. Ambos sabíamos que había sido yo quien había apostado más y había demostrado más interés. Él lo sabía y mi orgullo de mujer no me permitía dejarle con la victoria de esa manera.
    
    Di una calada profunda al cigarrillo y cerré la puerta. Coloque la botella encima de unas cajas que estaban cerca y le di una última calada al cigarrillo antes de besarlo.
    
    Su beso era profundo, húmedo, experto. Recorría mis labios con avidez y pasión. Era un beso lento pero cargado de mucho erotismo. Yo suspiraba con cada leve succión y solo atinaba a rodearle con mis brazos el cuello y acariciar su cabello. Me gustaba la sensación de estar besando a alguien mucho más alto que yo y me impulsaba a pegarme más a su cuerpo. Sus manos desde el primer momento se posaron en mi cintura. Las paseaba alrededor de mi desnuda espalda, lo que me provocaba un espasmo de placer al sentir sus grandes y cálidas manos apretar mi cintura. Subía desde allí hasta casi mis omoplatos y se situaba encima de mis costillas, muy cerca de mis senos pero sin tocarlos.
    
    Yo necesitaba que me tocara, lo deseaba. Él lo postergaba todo lo que podía y como en toda la noche había estado haciendo, con sus besos me demostraba que me deseaba, pero me descolocaba al no tocarme y no ser consecuente con esos besos. Poco a poco esa contradicción estaba encendiendo mi lujuria a un ...
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