1. Cuckold (2): La mujer de un amigo


    Fecha: 03/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... de opinar sobre la apariencia de los demás.
    
    —¿Pero me queda bien? —preguntó Vanesa. Se tocó el pelo con una mano, y al hacer ese movimiento, noté que sus pechos también se movían debajo de la delicada blusa.
    
    —Sí, claro, te queda bien.
    
    —Sos de pocas palabras. —dijo.
    
    —Sí, mi mujer siempre se queja de eso.
    
    Fuimos al comedor. Vanesa sugirió que era mejor comer ahí. A Quique no lo gustó mucho la idea, porque ahí no había televisor, pero no dijo nada. Igual, no había nada interesante para ver.
    
    —Mejor esperamos a que venga Martín ¿No? —sugirió Pedro.
    
    —No, la verdad no sé a qué hora va a llegar, seguro tiene para un par de horas. No tiene sentido que lo esperen chicos.
    
    —Me da pena por él. —comenté.
    
    De repente Vanesa soltó una carcajada.
    
    —Me imagino que debe ser incómodo tenerme acá. Si quieren los dejos solos.
    
    —No —dijimos los tres al unísono.
    
    —Por favor, Vanesa, acompañanos —dije.
    
    —Bueno, si me lo pedís así… —dijo, otra vez con esa sonrisa sugerente que nunca le había visto, pero que esa noche ya había aparecido dos veces.
    
    Los primeros minutos fueron incómodos. Ninguno de los tres la conocía lo suficiente como para saber de qué hablar con ella. Sólo sabíamos que era enfermera y que tenía quince años menos que Martín. Muy piba, de otra generación, con otra cabeza. No teníamos idea de por dónde entrarle. Además, el hecho de tener a semejante mujer entre nosotros, nos resultaba incómodo. Era fácil disimular nuestra admiración cuando nos ...
    ... cruzábamos con ella durante un instante, en el supermercado, o en la plaza, mientras iba de la mano de Martín. Pero, con esfuerzo, nos las arreglábamos para poner cara de póker. Sin embargo, ahora resultaba imposible no mirarla cada tanto.
    
    Pedro y Quique hablaron fugazmente sobre sus hijos, pero Vanesa se mostró aburrida.
    
    —Voy a traer algo, a ver si desinhiben un poco —dijo.
    
    Salió del comedor durante algunos minutos.
    
    —Che, está rara la mina ¿no? —susurró Pedro.
    
    —Sí —corroboró Quique— ¿Me parece a mí o nos está calentando la pija?
    
    —Estás loco ¿Qué decís? —le recriminé.
    
    —¿No ves cómo movía el orto cuando se iba?
    
    —Sí, y a vos no para de mirarte con una carita de petera terrible —dijo Pedro.
    
    —¿Qué carajos les pasa? ¡Es la mujer de un amigo!
    
    —Bueno Basualdo, pero es la verdad —se defendió Quique en nombre de ambos—. Además no estamos diciendo que le vamos a soplar al mina a Martín. ¡Entre nosotros hay códigos! Pero entre amigos no nos podemos mentir.
    
    —Sí, además, ¿dónde está Martín? Es todo muy raro —dijo Pedro— Ayer me había escrito que se pudrió todo con Vanesa.
    
    —¡Cómo! —pregunté asombrado. ¿Se había peleado con Vanesa el día anterior? Era todo muy extraño.
    
    Pero antes de que me pudiesen contestar, Vanesa volvió al comedor. Llevaba un mazo de cartas en la mano.
    
    — Sé que les gusta jugar al truco, pero yo no sé jugar, y las veces que Martín me enseñó, luego me olvidé de todo —dijo. Se sentó y empezó a mezclar las cartas. Ella estaba en la cabecera ...
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