1. Mi experiencia Erasmus


    Fecha: 09/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Buenas, mi nombre es Diana, y tengo 23 años. El año pasado eché los papeles para ver si me daban la beca Erasmus, pero pensando que no me la darían, lo hice a espaldas de mi novio. No es que él se fuese a oponer o a molestar, pero simplemente no se lo dije. Además, incluso en el caso de que me diesen la beca, siempre podría rechazarla o... o ser fiel.
    
    ¿Y por qué no iba a ser fiel? ¡Siempre lo he sido! A mis amigas sí les conté que había echado los papeles, y empezaron con el cachondeíto más pronto que tarde. Que si «ya verás los italianos», que si «beca Orgasmus»... Yo en aquel momento estaba segura de que todo el guarreo del que se hablaba era pura exageración. Qué ingenua. ¿Un montón de jóvenes, lejos de casa, sin ningún tipo de conocido cerca? Pues claro que aquello era una bacanal. Pero yo qué sabía. «Voy a estudiar y a conocer otro país, eso es todo», les decía a mis amigas. Y bien que lo conocí. Hasta el fondo.
    
    El caso es que me dieron la beca, claro. Al principio estaba ilusionada, pero luego fue un poco duro contárselo a mi novio. Más que nada, por haberlo hecho todo sin consultarle. Sin embargo, él me felicitó y me deseó que fuese una gran experiencia. ¡Es tan bueno...! La gente suele decir que de bueno, es tonto. En cierto modo, tienen razón. El pobre tiene ahora más cuernos que un saco de caracoles.
    
    Pero no me adelantaré a los acontecimientos. Mi viaje empezó en septiembre, e iba a durar todo el curso académico. En un principio, me resistí como pude a ...
    ... todos los acercamientos de los chicos, muchos de los cuales eran francamente difíciles de rechazar. Rápidamente, formé un grupo de amigas que estaban en una situación similar a la mía, es decir, con novios en sus respectivos países. Sin embargo, no sé si fue muy buena idea, pues poco a poco, de una en una, todas fueron cayendo en los brazos de algún listillo. De una en una, o de dos en dos. No había llegado ni Navidad, y se las habían pasado a todas por la piedra. Evidentemente, esto no ayudó a mi fuerza de voluntad. Y yo llevaba ya un par de meses en el dique seco, por lo que cada vez estaba más dispuesta a dejarme seducir por algún chulazo italiano. Una no es de piedra y tiene sus necesidades también.
    
    Y finalmente pasó. Era una noche de sábado. La mitad de mis amigas «las fieles» estaban por ahí, follando con sus ligues, y las restantes habíamos planificado una noche más o menos tranquila. También iban a venir algunos chicos. Desgraciadamente, a causa de la lluvia, una a una todas mis amigas se fueron rajando del plan, así que puse un mensaje por el grupo de WhatsApp diciendo que se cancelaba todo el asunto.
    
    Ya iba a desmaquillarme y ponerme el pijama, cuando sonó el timbre de mi piso.
    
    Fui a abrir y allí estaban Marco, Fabrizio y Luca, los tres italianos que más insistentes se habían mostrado conmigo. Los tres altos, morenos y fornidos, encima. Yo les dije que si no habían leído mi mensaje, que al final el plan se había suspendido porque todas las chicas se habían ...
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