1. Mi experiencia Erasmus


    Fecha: 09/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... follar por detrás, la vez que me lo propuso. Pobrecillo, de bueno era tonto.
    
    Llevaba un buen rato follandome contra la pared cuando Marco empezó a gemir de manera pesada y a convulsionar. Sin mucha dilación, sentí una explosión caliente y espesa en el fondo de mi recto. ¡El hijoputa se había corrido dentro de mi culo! Al menos era eso, mi culo. Fabrizio, que me había follado el coño, lo había hecho a pelo, pero se había corrido prudentemente fuera. Hizo bien, pues aunque estaba tomando la píldora, él no lo sabía... Pero por el culo... bueno, que se corra lo que quiera por el culo. ¿Quién coño soy yo para impedirlo?
    
    Cuando terminó de correrse agusto, me sacó la polla y se la secó con mis nalgas. Exhausta, me dejé caer en la cama, pensando que todo había acabado, sintiendo mi coño y ano palpitar, y la lefa brotar de este último orificio. Todo mi cuerpo apestaba a semen y sudor y estaba pegajoso.
    
    Cual fue mi sorpresa cuando volví a ver a Fabrizio en la puerta, pajeándose todavía. ¡Aquello no había acabado!
    
    Fabrizio me volvió a follar, y esta vez sí que se corrió dentro de mi coño. ¡Qué descuidado...! Yo volví a correrme del gusto; por algún motivo, la idea de que le diese igual dejarme preñada me ponía cachondísima, y era la primera vez que se corrían dentro de mi coño. Mi novio y yo siempre follábamos con condón a pesar de que tomase la píldora. Por si acaso. Pobrecito mi novio; de bueno era tonto.
    
    Fabrizio se fue y volvió a entrar Luca. Y esta vez Luca ...
    ... también me folló por el coño. Y el cabrón también se corrió dentro. Intentó sacarla para correrse fuera, pero lo hizo tarde, pude sentirlo. La mitad de su corrida permaneció dentro de mí, y la otra mitad, se derramó en mi vientre.
    
    Por último, volvió a entrar Marco, el que me había desvirgado el culo. Se ve que se quedó con las ganas de una mamada, porque llegó, me la metió en la boca y me la folló sin ningún reparo, hasta correrse agusto. Después, cogió sus cosas y se fue.
    
    Yo seguía relamiéndome en mi cama, empapada a más no poder de semen y sudor, cuando oí la puerta y dejé de oir conversaciones; los tres se habían ido. Se ve que ya habían tenido suficiente, y no tuvieron ni el miramiento de despedirse... Qué cabronazos. Al sentirme tan usada, tan degradada, empecé a tocarme el coño frenéticamente. Acababa de descubrir lo cachondísima que me ponía que me tratasen como a una puta barata. No sabía que hora era, pero debía ser tarde... Iba a quedarme dormida cuando oí mi teléfono móvil en el salón. ¿Quién sería? Bah, mañana lo miraría...
    
    Sin embargo, no paraba de sonar. Me estaban entrando un buen montón de mensajes. Extrañada y un poco asustada, me levanté a ver quién podía ser.
    
    Horrorizada, vi siete, ocho, nueve, diez mensajes, uno detrás de otro, de mi novio... Eran las cuatro de la madrugada... ¿Qué quería justo ahora?
    
    «No me lo puedo creer», «eres un puta», «¿cómo has podido?» eran algunos de sus mensajes. Mareada y confusa, miré más atrás en la conversación sin ...
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