1. Un impetuoso conquistador y una mujer predispuesta


    Fecha: 09/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    Estábamos mi esposa y yo en una recepción organizada por el jefe de área de ella que había asumido un mes atrás. Juana saludaba a unos compañeros cuando uno, que apareció a mi lado dice, mirándola a ella.
    
    - “Esa sí que es una yegua, y parece necesitar verga”.
    
    Tratando de quitarle hierro al comentario respondí.
    
    - “En algo tenés razón, mi señora es una hermosa mujer”.
    
    - “Está para cogérsela del derecho y del revés”.
    
    - “Una pregunta, vos sos imbécil todo el tiempo o parás para comer?”
    
    - “Me parece que te voy a dar un golpe”.
    
    - “Intentalo, así tengo la oportunidad de romperte algo”.
    
    - “Parece que ya se conocen, Manuel este es mi marido, Francisco este es mi nuevo jefe. De qué hablaban?”
    
    - “Manuel decía que sos una yegua, que parecés necesitar verga y que estás para cogerte del derecho y del revés”.
    
    A la mirada de ella el anfitrión intentó disculparse
    
    - “Por favor, no lo tomen a mal, fue una broma”.
    
    - “Claro, sos un humorista incomprendido. Querida es buen momento para retirarnos”.
    
    - “Por qué?”
    
    - “No me gusta esta reunión organizada por alguien que confunde humor con grosería y está satisfecho con eso”.
    
    - “Pero si esto recién empieza”.
    
    - “Una lástima, ¿caminás a mi lado o te llevo del cuello?”
    
    En adelante no volvimos a tocar el tema
    
    Habrían pasado dos semanas de la fiesta abortada, cuando empecé a notar un sensible aumento de llamadas telefónicas o mensajes de texto entrantes en el aparato de mi mujer. Y cuando eso sucedía, ...
    ... ella, disimuladamente, se retiraba para contestar o leer. Decidido a cortar de cuajo cualquier contratiempo contraté los servicios de una empresa de investigaciones por una semana. Por supuesto, a partir de ese momento evité toda intimidad matrimonial.
    
    Mientras tanto cambié mis costumbres diarias. La llamaba con frecuencia al trabajo, la invitaba a almorzar en el descanso del mediodía, o simplemente la iba a ver para tomar un café si tenía tiempo. Por supuesto que eso le llamó la atención.
    
    - “Me estás sorprendiendo, a qué se deben estos cambios?”
    
    - “Porque me parece que tu jefe va a tratar de acortar la distancia con vos”.
    
    - “No hay problema, ya sabré frenarlo si lo intenta”.
    
    - “No lo dudo, pero en estos casos una ayuda siempre viene bien”
    
    Al cabo de ese tiempo me presentaron los tres encuentros, que pudieron registrar, fuera del lugar de trabajo.
    
    Uno fue el martes, después del horario laboral, en un café, con una duración de cuarenta minutos. De esa filmación retuve tres cosas relevantes. La gestualidad de ella era de cierto embeleso durante la charla. Al despedirse, ya en la salida, después de mirar alrededor, le dio un rápido beso en los labios mientras él permanecía imperturbable. Finalizado eso, mientras mi mujer se alejaba, él sonreía con suficiencia pareciendo estar muy satisfecho con el encuentro.
    
    El segundo fue el jueves, cenando en un restaurant. Teóricamente había salido para la habitual reunión con sus amigas. Esta vez no estaban enfrentados ...
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