Los tengo sin querer, pero no crecerán
Fecha: 12/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
Una tarde, llegando de mi caminata, entro a casa sabiendo que mi mujer, Pía, estaba con sus tres amigas, Lidia, Mabel y Sonia, las dos primeras casadas y la última divorciada, en la reunión habitual de los jueves. Sea porque iba en zapatillas, sea porque hablaban en voz alta, se ve que no me escucharon, de lo contrario Sonia, la más desinhibida, no hubiera largado.
- “Chicas que polvo nos echamos ayer!”, siendo cortada por mi mujer
- “Por Dios Sonia que si Abel se entera me mata”
- “Bien que cuando el negrito te la metía integra y a pelo ni te acordabas de tu marido”
- “Es verdad que la gocé pero bien sabés que no hago esas cosas y menos recibir su corrida en la boca. Los tragos me bajaron las defensas”.
- “Vamos nena, que cuando entraba sus manos bajo tu falda recién habías tomado medio vaso”. Ahí ya no hubo respuesta.
Temiendo que pudieran darse cuenta que las había escuchado retrocedí hasta la puerta y la cerré haciendo ruido. La conversación cesó de golpe mientras me acercaba a saludar. Se reanudó la charla con temas insustanciales, qué tal mi caminata, el tiempo que no nos veíamos, etc. Con el estómago revuelto, el corazón ardiendo de bronca, y con cierto temblor en las manos inventé una salida, pues quería pensar con detenimiento y cabeza fría.
- “Tengo ganas de salir a tomar algo. Voy a ver si encuentro a algún amigo que quiera acompañarme. Quizá llegue tarde, no me esperes”. Me bañé rápido y salí a despedirme.
- “Bueno chicas, ayer les tocó a ...
... ustedes, hoy me toca a mí”. Ahí saltó Sonia
- “Mirá que nosotros nos reventamos como cohetes”. Ante ese comentario jocoso mi mujer la miró como para fulminarla, tratando de disimular cuando yo la miré a ella.
- “Gracias por avisarme así trato de imitarlas”
- “O sea que salís con libertad total”
- “Con Pía siempre nos manejamos con libertad total, naturalmente asumiendo la responsabilidad en el uso que hacemos de esa libertad”. La palabra responsabilidad la dije mirando fijamente a mi esposa, que estaba seria y con ceño fruncido.
Me fui a un bar cercano y acompañado de un buen trago me calmé, reflexionando sobre mis próximos pasos. Eran las nueve y media de la noche cuando decidí regresar y comenzar mi venganza.
- “Qué temprano que volvés”
- “Se me pasaron las ganas de farra y no tengo apetito, me voy a ver televisión en la cama”.
Al ratito llegó Pía y contra su costumbre se cambió en el baño, poniéndose un camisón largo y nada trasparente. Atento a buscar cualquier indicio me percaté de la novedad, y para mis adentros me dije que algo estaba ocultando, quizá algún moretón. Había que aprovechar la oportunidad.
- “De lo que sí tengo apetito es de una buena sesión amatoria, vení que quiero desnudarte como me gusta”
- “Perdoname pero me duele mucho la cabeza, si querés con mi boquita te puedo dar una gran satisfacción.”
- “No mejor me hago una buena paja mirando ese cuerpo que me vuelve loco.”
- “No por favor, lo dejemos para mañana que ahora ...