Tendrías sexo con una mujer?
Fecha: 26/09/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Eran las 15.30h. esperaba a mi amiga Carmen, como cada lunes, para ir a caminar. Una ruta de unos 7 km entre pinares y puentes. Como siempre, llegaba un poco tarde.
Mientras, recordaba la conversación que había mantenido, por WhatsApp, con un muy deseado amigo y con el cual, no teníamos secretos. Un amigo que cuando teníamos tiempo y estábamos solos o nuestras parejas estaban ocupadas, acabábamos hablando de sexo. Es más, muchas veces habíamos hecho sexo por videoconferencia. Éste hombre sabía calentarme a distancia. Aquella mañana me había preguntado si alguna vez había pensado en tener relaciones con otra mujer. Mi respuesta había sido que no, aunque le dije que no me importaría, siempre que yo lo deseará. La conversación no fue más allá de un calentón que tuve que apagar en mi baño, mientras mi marido me iba hablando desde el salón. No sé si se enteró de mis respuestas, entre gemidos. Mis dedos, llenos de mis jugos, entraban y salían de mi sexo caliente.
Estuve todo el mediodía caliente. El cabrón de Alberto siempre conseguía calentarme y yo disfrutaba de ello. Pero lo raro es que tras haberme pajeado, seguía pensando en la conversación.
- Te dejarías comer el coño por una mujer?
- Nunca me lo he planteado, pero si es para comerme, no hace falta tener polla.
- Y tú te lo comerías?
- Seguramente si. No me desagradaría.
Eso fue lo que se me quedó en la mente. Mis respuestas, dichas sin dudar, la verdad es que no creo que fuera capaz, nunca he ...
... tenido un pensamiento lésbico. Mi educación estricta me hizo pensar en que era pecado hasta bien cumplido los 30. Ahora lo veo normal, aunque nunca creí en tan solo estar pensando en eso.
Soy una mujer normal, a mis 55 años tengo unos pechos que poco a poco van en caída libre. Mediana estatura y sin barriga, que es lo que me da miedo. Mi vida sexual ha sido escasa, vida de pareja, hasta que hemos dejado de tener sexo. No nos importa no tener sexo. No lo reclamamos. Aunque mi cuerpo me pide ser descubierto. Y sabe Dios que mis dedos lo conocen muy bien. Siempre pensando en poder encontrarme, algún día, con mi lejano amigo.
Vi acercarse a Carmen, con un paso modo paseo o voy de escaparates. Con su sonrisa permanente, me hacía olvidarme de mi tiempo perdido cada lunes. Casi sin pararse, me sumé a su paso. Hablando y hasta repitiendo alguna conversación de otros días. El tiempo, la salud y el dichoso covid eran los temas más recurrentes. Pero mi mente i mi cuerpo seguían pensando en otra cosa. Me encontraba excitada. Me había sorprendido mirando a Carmen. Me quedé atrás a propósito y me fijé en su trasero, los pantalones deportivos le apretaba los glúteos y le hacía un bonito culo. No me vino ninguna idea. Ni cuando se giró y mi vista apuntó a sus firmes pechos. Mi mente buscaba una respuesta a mi calentura. Estaba claro que no era Carmen la que haría cambiar mi tendencia sexual. Y eso que Carmen era una morena con ojos verdes muy bonitos, más alta que yo y unos años más ...