Tendrías sexo con una mujer?
Fecha: 26/09/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... joven.
Mentalmente iba descartando mi futuro lésbico. Solo esperaba borrar de mi mente la conversación con Alberto.
Ya habíamos llegado al final del camino y tras beber agua y refrescarnos el cuello, nos dispusimos a volver por el mismo trayecto.
- María, madre mía como te pusiste la camiseta de agua.
- Si, creo que me he pasado, no?
- Un poco. Deberías secarte o ponerte la chaqueta, te marca el pitón derecho. No llevas sujetador?
Me miré y realmente tenía razón. Mi sujetador deportivo , mojado, no ocultaba mi pezón duro. Tal vez por el agua fresca marcaba territorio.
- Si, el que compremos en la tienda de deportes. Debe ser el agua fresca.
- Pues bendita agua, madre mía como lo ha puesto.
Nos pusimos a reír, dando el tema por zanjado, aunque realmente Carmen no se había fijado que el otro pezón, éste seco, estaba igual.
Tras unos minutos caminando y hablando de otros temas. Nos cruzamos con una mujer de unos 45 años que resultó se una amiga de Carmen. Tras las presentaciones y la inspección ocular que aquella tarde mis ojos hacían a toda mujer. Pude comprobar que un cuerpo 10 años mas joven que el mío, rubia, con unos pechos operados grandes y firmes. Ella tampoco me hacía reaccionar. Aunque no pude evitar sentir hormigas en mi bajo vientre, cuando vi como Isabel había fijado su vista en mi camiseta mojada, sacó de su pequeña mochila una toalla pequeña.
- Toma María, sécate o nos van a denunciar por exhibicionismo.
Nos miremos las tres y ...
... entre carcajadas. Usé su toalla para intentar secar mi camiseta. La reacción de mi cuerpo no fue el esperado. Se suponía que al secarlo, volvería a su estado de relajación. Dos pezones duros, aún más, marcaban la camiseta deportiva. Suerte que las letras disimulaban algo, aunque la ultima letra parecía estar en 3d. Ya seco y más tranquilas, seguimos el camino de vuelta.
- Como primero pasaremos cerca de mi casa, porqué no entramos y tomamos un refresco o un café. Sugirió Isabel.
- Por mí si.- me adelanté a Carmen.
- Por mi también pero tengo que ir primero a buscar una cosa a la farmacia y vuelvo a tu casa.
Esa respuesta me dejó descolocada. Yo no era amiga de Isabel y no sabía que pintaba en todo esto.
- Venga, vale. Subimos nosotras dos y vamos preparando el café.
No me hacia gracia subir a casa de Isabel, sola, era una desconocida, aunque la afirmación de Carmen, asegurando que serían 10 min. Me dejó más tranquila.
En la puerta nos separamos de Carmen. Entramos en el ascensor, hasta la planta séptima, de un edificios nuevo. Todo hacía olor a nuevo. La puerta donde Isabel se paró para abrir, olía a madera recién barnizada. Tras un pasillo sin decorar, un amplio salón, de grandes ventanales que daban a una terraza amplia casi más grande que mi piso. Tres grandes sofás puestos en forma de U, delante de un tv de más de 60 pulgadas. Todo lujo para lo que estoy acostumbrada. Tras una puerta abierta una cocina amplia, y una nevera de dos puertas con servicio ...