1. El arquitecto


    Fecha: 07/10/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    ... palpitaciones y sentí que las hormonas me circulaban por todo el cuerpo.
    
    –Hola, soy Tita, nos conocimos la semana pasada, pero no pudo ser como tú y yo queríamos, ¿me recuerdas? –dije y esperé la respuesta, que no fue inmediata.
    
    –¡Claro que te recuerdo! Pasaron muchos días para que te comunicaras, creí que ya no lo harías. ¡Estoy gratamente sorprendido! Antes de que ocurra algo, dime cuándo y a qué hora podemos vernos.
    
    –¿Así, sin más? –pregunté pasmada.
    
    –Sí, quiero tener la seguridad de que nos veremos: comemos, cenamos, platicamos o lo que quieras, pero dime cuando –insistió.
    
    –Por mí, te diría “ahora mismo”, pero tengo una casa que atender que incluye hijos y marido, por eso debo pensar bien el día, la hora y el tiempo del que dispondríamos. ¿Tú no tienes cosas que atender? –pregunté socarronamente.
    
    –Sí, claro, pero puedo suspenderlas o delegarlas, más tratándose de ti –contestó con firmeza.
    
    –Bien, en principio puede ser el jueves, después de la hora de comer que es cuando mi hermana me puede ayudar a atender a los críos. Me gustaría en la entrada a los viveros de Coyoacán a las tres y media. Si surge algún inconveniente, te hablo. Por ahora te dejo trabajar.
    
    –De acuerdo, pero aclárame una cosa: ¿por qué, si tu marido es tan celoso, te llevó a esa reunión swinger?
    
    –Eso requiere platicarlo con calma, el jueves te lo cuento, por lo pronto te diré que Eduardo, con quien fui, no es mi marido, sí es muy íntimo, pero no es mi marido –le contesté ...
    ... alegremente.
    
    –¿Y tu marido sabe que fuiste allí, con esa persona? – interrogó con modo de doble reproche.
    
    –¡Ja, ja, ja! El jueves te cuento. Adiós, que tengo que atender algo aquí. Te mando un beso.
    
    –Adiós, Tita, hasta el jueves… –contestó con ternura– Gracias por el beso, recibe uno de mí –añadió y colgamos.
    
    Todo marchó bien, pues esa noche Saúl daba clase en la universidad, mi hermana estaba disponible pues ya sabe que los jueves yo suelo salir “de compras o a visitar a alguna amiga”. En realidad, la tarde de ese día se la dedico a Eduardo, pero no siempre puedo y le lo avisé con anticipación, así que le dije que por razones familiares no lo vería. ¡Asunto arreglado! A las tres, después de dar de comer a Saúl y a los niños me salí de casa “a ver unas tiendas”. Tomé un taxi y le pedí que me dejara cerca del vivero de Coyoacán. Caminé un par de cuadras y llegué exactamente a la hora convenida con Joel.
    
    –¡Qué puntual! –me dijo Joel al verme cuando llegué. Me dio un beso en la comisura de los labios y me extendió una orquídea que traía escondida de mi vista.
    
    –¡Gracias! –Le respondí cuando me dio la flor y me percaté que estaba preparada para ponerse como prendedor–. Ayúdame a ponérmela, le pedí señalando la solapa derecha de mi saco.
    
    –¡Con mucho gusto! –respondió y la colocó con delicadeza deteniendo con su mano derecha la solapa por el interior, descansándola sobre mi teta
    
    –Que quede bien firme –le dije cuando él estaba a punto de retirar sus manos, pues su ...
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