1. Me convertí en mi madre (2): JAV (2b)


    Fecha: 18/10/2022, Categorías: Incesto Autor: Gabriel Vera, Fuente: CuentoRelatos

    ... lengua, repasándome las encías y los dientes. La verdad es que besaba bien papá. No era mal hombre. Por no quedarme atrás, también le di un beso, pero más formal. Él insistió, besándome con gran pasión y sabiduría. Se ve que tenía práctica. Yo le respondí, ahora sujetándolo a él, y besando con más atención, que fue correspondida. Sin decir nada nos habíamos puesto de rodillas en la cama, mientras nos besábamos, por comodidad, y él me andaba por las nalgas, acariciando, toqueteando, dando golpecitos, que no me molestaban en absoluto, sino que me iban ayudando a mejorar mi actuación. Incluso me eché el pelo para atrás en un gesto que nunca había hecho, pero sí visto a las mujeres. Con el pelo despejado de la cara, le sujeté a él la suya y continué besándolo, pues tampoco tenía mal aliento ni nada, olía bien, y me gustaba su seguridad. Me atreví a bajar las manos a sus nalgas, y vi que la práctica del golf le había ayudado a tener un culo firme. Suspiró de gusto, y yo continué así. Luego subí las manos a su pecho, y fui desabotonando su camisa. Se la quité. Me incliné a lamerle los pezones; papá no tiene mucho vello, así que no era de disgusto. Él volvió a responder con un suspiro, me tomó la cara, me miró y dijo:
    
    —¿Esta noche hay sorpresas, eh?
    
    —Sí —dije tímidamente.
    
    Qué sofoco. Ahora me tiró para atrás, me fue despojando de todo lo que tenía, y él acabó de desvestirse. Su polla no era nada despreciable. Más sofoco. Conmigo boca arriba se dedicó a mis pechos, que ...
    ... agradecieron los besos y la lengua que tanto los visitaba, dejando su rastro de saliva, primero tibia y luego, al irse enfriando, motivo de que se me pusieran los pezones erguidos.
    
    Algo dentro de mí se iba conmoviendo, se iban cayendo las barreras de antes, y me dediqué a disfrutar de aquella sensación, que ahora combinaba con el cunnilingus mientras paseaba los dedos por las tetas. Me sujetó luego las nalgas, me levantó un poco y comenzó a chuparme la vulva, la vagina, tocó el clítoris, se retractó, volvió a las andadas, empezando a volverme loco o loca de gusto y deseo.
    
    Yo tenía que hacer algo, y sin pensarlo me lancé sobre él y fui besándolo de arriba abajo, hasta irme poniendo debajo de su polla, mientras él se ponía de rodillas sobre mi cara. Empecé a mordisquear y chupar alternativamente la polla y huevos, mojando todo lo mojable, tocando con las manos lo que no alcanzaba con la boca, combinando mis caricias con suspiros que no podía evitar. Él se movía rítmicamente ahora, y, con una cierta agilidad, se giró y comenzamos el sesenta y nueve. Era el séptimo cielo, metió su cara en mis genitales como si pudiera respirar dentro de mí, y me visitó todos los lugares posibles, y otros de cuya existencia dudaba anteriormente. Yo estaba todo mojado o mojada, chorreando casi. Se dio cuenta papá de la situación, y se dio la vuelta.
    
    Su polla, que yo había estado animando con manos y boca, manos que a veces iban a su pecho, acariciaban su cintura o sus nalgas, su polla, digo, ...