Melisa, Marisa, Ruben....¿fingimos?
Fecha: 30/10/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... deseados hasta aquella mañana de abril, recién amados, con nuestros hijos disfrutando del sueño dominguero, charlando con el sosiego que da el orgasmo y la seguridad de disponer de toda una jornada sin otra obligación que la de decidir la hora de poner el pie fuera del lecho.
No estaría mal.
¿En serio?
Estaba sorprendido.
No enfadado.
Sorprendido.
No era un iluso.
Antes de aquella bacanal inicial de sexo, tabaco y Stones, Marisa había follado todo lo que se le cruzó por el camino; buen sexo con uno, buen sexo con dos, buen sexo con hombretones de pelo en pecho modelo David Hasselhof, buen sexo con esmirriados acobardados, buen sexo con iguales de género.
Pero, a esas alturas, a nuestra edad, con nuestro logro y posición…¿andar de nuevo jugando a la ruleta rusa?
Me gustaría probar. Nada más.
Eso que propones Marisa supone riesgos. Muchos riesgos.
Anda mozo, como que una no supo, sabe y sabrá separar alma y cuerpo.
¿Y si no sabes? ¿Y si resulta que el corazón te late más por la emoción de verlo que por el deseo de follarlo? En ese momento la hemos cagado ¿no te parece?
Marisa no quiso insistir.
Ella era así.
Sabía que tirando la piedra sin esconder la mano, se saldría con la suya más tarde o más temprano.
Incluso ante una proposición tan descaradamente antinatural como lo era la suya.
Durante unos días, sin obsesiones, estuve meditando.
Durante unos días hasta que, entrando como solía al baño, aprovechando que ella se ...
... duchaba para contemplar con devoción sus rellenitas cuarenta y seis primaveras, no pude evitar refrescar el asunto.
¿Alguna vez le pusiste un nombre? Al tío al que te ventilarías digo.
Ella continuó unos eternos segundos, enjabonándose el cuello.
Con naturalidad.
Sin esfuerzos.
Como si para ella, escoger esa opción, no significara absolutamente nada.
Porque en verdad no lo significaba.
Rubén – afirmó – Desde luego. Rubén.
Rubén; el antagonismo más puro.
Un año más joven, de existencia social expansiva, centro de cualquier evento, corpachón rustico, mandíbula ancha, pelo apenas canoso o decrépito, ojos muy negros y puesto de ingeniero matemático en una empresa de cálculo de riesgos con cinco mil mensuales, un chalet en Galapagar, un apartamento en Ibiza y una vida pública plagada de gomina y sonrisas.
Nada que ver con un técnico especialista en pinceladas de Tintoreto, de tendencia silenciosa y aspecto circunspecto a mil trescientos mensuales por el esfuerzo.
No era un mal tipo.
Caía bien a casi todo el mundo,
A mí el primero, agradecido como estaba por su permanente disposición a sacarte una muela careada, pagarte una factura u operarte de apendicitis el mismo.
Es…atractivo – reconocí.
Marisa que era mucha Marisa, que anticipaba y sabía, salió de la ducha como solo una fémina sabe hacer…como si actuara así todos los días, depositando sus pies desnudos y mojados sobre la alfombrilla, echándose el pelo hacia atrás alzando los brazos, ...