1. Melisa, Marisa, Ruben....¿fingimos?


    Fecha: 30/10/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sobre Rubén, no caerían ni cien gramos de enamoramiento..
    
    Ocho días después, mareaba un café con leche frente a la estampa alicaída de Melisa.
    
    Melisa, extremadamente tímida, hacía lo propio con una manzanilla con doble sobre de sacarina.
    
    Ellos están juntos – dijo con aire apenado.
    
    Lo se Melisa. Pero hoy no pasara nada. Estate tranquila.
    
    ¿Cómo puedes estar seguro?
    
    Porque Marisa me lo aseguró. Mi mujer – traté de medir las palabras – es un ser humano con mucho…con mucho carisma. Para todo. Para la relación, para el hogar, para los hijos, el trabajo, el…
    
    Sexo.
    
    Sí. También para el sexo. Y ese carisma le lleva a cumplir siempre lo que dice. Es así. Recta. Pase por encima de donde pase.
    
    Parece que me estás describiendo a Rubén.
    
    Tal vez por eso se atraen.
    
    ¿Y no te duele? ¿No te rasca el pensar que tu mujer se excita pensando en, en, en el cuerpo de otro?
    
    Recliné la espalda.
    
    Ante mí, Melisa se ofrecía acobardada, temerosa pero no encelada.
    
    Amaba a Rubén.
    
    Si, lo amaba hasta su última célula.
    
    Por eso aguantaba.
    
    Porque temía más perderlo que ser una cornuda.
    
    Amo a Marisa tal y como es. Con sus virtudes que son muchas, y con esos pequeños defectillos como que no sepa quién es Caravaggio que disculpas en alguien que salió de ciencias.
    
    Ummmm el divino Caravaggio.
    
    Mis cejas se alzaron.
    
    La regla general que había dominado toda mi vida social, era la de no poder desplegar mis conocimientos artísticos y profesionales ante nadie que ...
    ... no fuera profesional o artista. Y los segundos solían ser tan snobs, solían buscar de manera tan obtusa la diferencia, que resultaba imposible estar de acuerdo ni tan siquiera en que el cianuro no es digerible.
    
    En las reuniones sociales y familiares, el entorno me percibía como “ese que sabe mucho y siempre huele a barniz”
    
    Toparme de repente con que Melisa era capaz no solo de esbozar admiración hacia el genio italiano, sino además de debatir sobre cuál era su obra favorita y hacerlo durante un largo rato, resultó ser….un instante inesperadamente mágico.
    
    Mágico porque sus ojos, castaños y cansado, parecieron recobrar brillo, color y chispa.
    
    Mágico porque su cabello, también castaño, pareció ofrecer canas de menos, ondulándose a un lado y otro mientras explicaba porque el clarooscuro reflejaba lo que ella sentía frente a su propia existencia.
    
    Mágico porque sus mofletes, su cuello grueso, sus dos pecas excesivamente grandes justo al inicio de las clavículas resultaron no ser nada, en comparación con la sonrisa que exhibía recordando la peculiar biografía del gran pintor pendenciero y borracho.
    
    Mágico, sobre todo, porque Rubén y Marisa, natural y súbitamente, desaparecieron y sobre nuestra mesa, solo se veía una manzanilla y un frío cortado.
    
    Sonreí.
    
    Me resultaba tan agradable observar a un ser humano tan normal y a la par, intelectualmente, tan bien proporcionado.
    
    Nos despedimos ya de tarde muy avanzada, a la puerta del café, con dos sinceros besos en ...
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