1. María, la sobrina de mi jefe


    Fecha: 04/11/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... con sus pezones me separé un poco de ella y, tirando del cordón que lo sujetaba a su cintura, hice caer el pantalón del pijama a sus pies, posando mi mano derecha en su raja, caliente y húmeda, pasándole el dedo corazón por toda su extensión. Separé sus labios con dos dedos y apareció su clítoris, gordo, húmedo y brillante, que empecé a frotar tras recoger una buena cantidad de jugos de su cueva, ya completamente encharcada. Con un “joder, qué rico” abrió las piernas para facilitarme la labor, cosa que aproveché para arrodillarme entre ellas y hacer que pusiera un pie sobre la mesa, dejando sobre mi cabeza su coño completamente abierto y listo para ser devorado. Le pasé la lengua desde la raja del culo hasta el clítoris, abarcando cuanto chocho pude con ella, primero lentamente, dejando que sintiera cómo iba recorriendo cada milímetro de su raja, y luego cada vez más rápido, como un perro sediento, notando con cada lamida cómo se iba mojando y arrancándole verdaderos gritos de placer.
    
    - ¡SÍ, SÍ, SÍ, QUÉ RICOOOOOO!!!! ¡SIGUE, SIGUE, NO TE PARESSSSSSSS!!!!!!
    
    Seguí lamiendo un poco más notando como mi saliva y sus jugos me resbalaban por la barbilla y la nuez, hasta que, separándole las nalgas metí, sin previo aviso, la lengua en su ojete haciendo círculos sobre él y empujando con ella como si me lo estuviera follando. Tras la sorpresa inicial soltó un “dios, qué gustooooooo”, me sujetó la cabeza con una mano para que no me separara y empezó a resoplar y a frotarse el ...
    ... clítoris con la otra mano a toda velocidad. A los pocos minutos saqué la lengua de su agujerito trasero, empecé a chuparle el clítoris sorbiéndolo con todas mis fuerzas y le metí dos dedos de golpe en el coño, follándomela a lo bestia con ellos. Como supuse, no aguantó nada con ese tratamiento y, en menos de diez segundos, empezaron a temblarle las piernas, se agarró a la mesa y a mi cabeza para no caerse y empezó a gritar que se corría.
    
    - ¡YA, YA, YAAAAAAAAAAA!!!!!! ¡ME CORROOOOOOOOOOOO!!!!!!¡JODER, QUÉ GUSTOOOOOOOOOOOOO!!!!!!! ¡AAAAAHHHHHHHH!!!!!!!!!
    
    Me dejó la cara como si se hubiera meado en ella, completamente empapada de jugos viscosos y calientes, mientras la sujetaba para que no se cayera encima de mí. Cuando noté que podía sostenerse en pie me salí de entre sus piernas, me apoyé en la mesa frente a ella y, le solté “a ver qué sabes hacer” señalándole con la mirada el bulto de mi entrepierna. Se arrodilló ante mí y me bajó de un solo golpe el pijama y el bóxer, saliendo mi polla como un resorte de su prisión, dura y babeante, golpeándole la nariz. Puso los ojos como platos y, con la boca abierta, soltó un “hostias, qué pedazo de polla” que retumbó en todo el salón mientras empezaba a pajearme con una mano y con la otra amasaba mis pelotas. Comenzó a lamer desde la base hasta la punta, ensalivándola bien y recreándose en la cabeza, haciendo círculos con la lengua sobre ella, sorbiendo y chupando como si se estuviera desayunando un chupachups. Cuando la creyó ...
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