Turno de noche
Fecha: 16/11/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... quitado medicación. Volví al cabo de una hora y repetí mi ritual. Me apoderé del badajo y deslicé mi mano acariciando toda su envergadura, mientras con la otra mano me vi obligada a darle placer a mi entrepierna. Mi respiración se aceleró al tiempo que mis dedos se perdían dentro de mi sexo.
Sin saber por qué, presa del delirio y de la insensatez, me aproximé para introducírmelo en la boca y empecé a hacerle una mamada a aquella flácida salchicha sin dejar por ello de darme placer con mis dedos. Poco a poco mi entusiasmo se incrementó y noté como el miembro iba endureciéndose en mi boca. Lo sensato hubiese sido parar, dejarlo todo como estaba y salir de allí, eso era lo que dictaba mi razón, por el contrario, mis deseos estaban en desacuerdo y se dejaron llevar por la lujuria actuando con una temeridad de la que yo en esos momentos no era realmente consciente.
La verga ganaba rigidez mientras me afanaba en la faena. La cogí de la base y contemplé su envergadura, a continuación me volteé y vi los ojos del muchacho como me observaban mientras me aferraba a su polla. Mi corazón se aceleró. No sabía si continuar porque no alcanzaba a descifrar su escrutadora mirada.
Desconocía si era de aprobación o de disconformidad por mi libertina actitud, pero cuando su mano cogió mi cabeza instándome a seguir, todas mis dudas se disiparon y continué con mi tarea de tragarme aquel pilón de carne palpitante, y después de diez minutos dedicados a la mejor mamada de mi vida, su ...
... esencia inundó mi boca. Al mismo tiempo que manaba la leche de su verga, la dejaba resbalar por la comisura. Con los labios pringosos de semen le miré para ver su cara de aprobación y le dediqué una cómplice sonrisa que me devolvió con cara de satisfacción.
Sin embargo, mi cuerpo se encontraba ahora en plena ebullición. Me limpié la boca con unos Kleenex y salí de la habitación un poco avergonzada, sin embargo no fue impedimento para que me dirigiera a los lavabos para aplacar la olla a presión que se agitaba en mi interior. En las siguientes rondas estaba plácidamente dormido y no quise despertarlo.
Como iba siendo habitual en los últimos días, al llegar a casa violé literalmente a mi marido impulsada por mis fantasías. No sé qué pensaría él que me estaba pasando, quizás que había llegado el momento de retomar nuestra actividad sexual mermada por tantos años de apatía por mi parte. Sospecho que todas las mujeres hemos sufrido un impasse cuando nos hemos tenido que ocupar de nuestros hijos, dejando de lado otras necesidades conyugales. Dejé que pensara que llegaba la etapa de reemprender el sexo que habíamos dejado un poco de lado. Sentí remordimientos porque le estaba siendo infiel, sin embargo intenté verlo con positividad, pues si con ello nos beneficiábamos ambos, mejor que mejor.
Llegué al trabajo con energías renovadas dispuesta a repetir mi hazaña y al relevar a mi compañera del turno anterior, me comunicó que seguramente al paciente se le iba a dar el alta al día ...