Turno de noche
Fecha: 16/11/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... siguiente, por lo que la noticia me apenó. Indudablemente me alegré por él, considerando que su estado había sufrido una mejoría sorprendente, y teniendo en cuenta que llegó con un coma del cual cabía pensar lo peor.
Agradecí que tampoco le acompañara nadie esa noche, eso me permitía una última oportunidad con él. Lo vi completamente repuesto y ya le habían quitado todos los goteros. Sólo tomaba un relajante para descansar. Quise saber más de él e incluso estuve a punto de pedirle su número de teléfono, pero no me atreví. Había sido osada para cosas peores, sin embargo no me decidí a eso, posiblemente porque él me vería como una madura insatisfecha con ganas de que alguien le diese el placer que en casa no recibía.
Aunque mi figura no es la de una modelo, tampoco puedo quejarme de mi cuerpo. Mido uno cincuenta y cinco y peso cincuenta y ocho kilos. Más o menos todo está compensado y en su sitio y, aunque no soy delgada, tampoco tengo un exceso de peso y pienso que todavía soy atractiva para muchos hombres. En cambio, la novia del muchacho era notablemente más atractiva y estilizada, por tanto, no cabía ninguna duda respecto a quien preferiría el muchacho, considerando que pedirle el teléfono me calificaba a mí como una casada buscona e insatisfecha, por consiguiente desistí.
Le pregunté cómo se encontraba esa noche y me respondió que de momento no tan bien como la anterior, y una sonrisa se le dibujó de oreja a oreja, de ahí que me decidiera a prescindir de los ...
... preámbulos y bajara la sábana para encontrarme con su mano cogiéndose el garrote en plena erección. Seguramente estaba a la espera de mi llegada deseando continuar donde lo habíamos dejado la noche anterior. Por otro lado, creo que se percató de cómo mi boca se abrió involuntariamente al observar su polla de caballo completamente tiesa, pero me dio igual. Mi mano se apoderó del inhiesto falo e inicié un movimiento repetitivo al tiempo que veía el goce que reflejaba su cara.
Sin poder evitarlo me arrodille en la cama y me dediqué a hacerle una mamada en la que sus gemidos eran reflejo del placer que le provocaba. Al mismo tiempo, su mano incursionaba por debajo de mi bata para llegar a las zonas húmedas. No sé si fue la mejor felación de su vida o una más, lo que tengo claro es que yo nunca había tenido una verga semejante, ni en mi mano, ni en mi boca, y mucho menos dentro de mí. Si los días anteriores estaba encendida, ese día no sé calificar como me encontraba. Mis flujos manaban de mi sexo sin contención de ningún tipo.
Me quité las medias y las bragas desesperadamente y me posicioné sobre aquel tronco. Lo cogí primero para tantear el canal, aproximándolo a la entrada y fui dejándome caer lentamente sintiendo como penetraba cada centímetro de aquel cimbrel. Mi suspiro fue una fiel transcripción del placer que me producía tener su polla dentro de mí, pero no contenta con ello, inicié un movimiento lento de arriba abajo y de lado a lado, mientras sus manos desabrochaban mi ...