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Lo que pudo haber sido (Parte V)
Fecha: 18/11/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... Maru – me encanta que me peguen y me humillen. - También le gustan las cochinerías y ese tipo de cosas – acto seguido la tomó del cabello con fuerza alzó su cara, Maru automáticamente abrió la boca y Elena escupió en ella – Así que podrás hacer con ella todo lo que no has podido hacer conmigo… Yo estaba completamente paralizado ante toda la situación y no había atinado a decir más que exclamaciones monosilábicas, pero lo cierto es que estaba bastante excitado. Aun no sabía que pensar de todo aquello y necesitaba tiempo para procesarlo. Elena soltó bruscamente la cabeza de Maru y se dirigió a mí con paso seguro, pero su semblante denotaba preocupación. - Más te vale que no me cambies por ésta zorra, porque en verdad está en un nivel mucho más arriba que yo y sé que a ti no te importa el físico – me soltó y me besó con pasión durante un largo minuto – Y más te vale que mañana vengas y te cojas a la puta de tu esposa y la castigues por engañarte – y cuando estaba por responderle me interrumpió – Disfrútala hijo de tu puta madre. Te espero mañana en la casa. Prometo contarte todo, ¿ok? – acto seguido me dejó plantado en la puerta, con Maru hincada a mis pies y se fue. Me quedé petrificado intentando asimilar todo aquello. Mi esposa me engañaba desde hace tres meses con el marido de la mujer que se encontraba a mis pies; no sólo eso, ella misma le había pagado para tener sexo conmigo y ambas lo habían consentido. No sabía si sentirme suertudo, manipulado o ...
... desdichado. Mi primer impulso fue seguirle y obtener respuestas, pero me contuve. Con toda la determinación que me fue posible juntar, decidí dejarme llevar por la situación (cosa bastante complicada, debido a todo lo que estaba experimentando). Afortunadamente Maria Eugenia tomó un poco la iniciativa. Ella era una mujer gorda. Iba ataviada con un vestido vaporoso de diferentes colores y estampado hindú. Tenía el cabello negro y las uñas pintadas de rojo. Las tetas eran pequeñas y caídas. Las piernas eran gordas y potentes. Un poco más baja que mi esposa, con un trasero inmenso y marcado por la celulitis. En resumen y para ser honestos era fea… Bueno, quizá lo atinado era decir que no era para nada bonita, pero tampoco era un ogro. Simplemente ella no era de las mujeres por las que volteas por la calle. Una señora común y corriente. - ¿Quieres tomar algo? – me preguntó aun de rodillas - Sí por favor María Eugenia - Dime Maru, por favor ¿Qué te gustaría tomar? – preguntó sin moverse de su sitio - ¿Qué me puedes ofrecer Maru? – quise saber - ¿Por qué no pasamos y me dices? – sugirió y comenzó a levantarse, no sin mucha dificultad, a lo que la ayudé y me agradeció el gesto. Pasamos a una sala amplia y de concepto abierto. Los muebles se notaban carísimos y todo tenía cierto aspecto de rancho lujoso. Maru se dirigió a un mini bar instalado junto a una barra que dividía una suntuosa cocina de la estancia. Comenzó a enlistarme su contenido y me decidí por una copa de ...