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El vecino friki
Fecha: 27/11/2022, Categorías: Hetero Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... y anunció que se corría. -Mi coño, mi coño, me lo partes cabrón. Con el último golpe de riñón le dejó la polla clavada en lo más profundo de su ser. Ella le miraba con ojos de asombro y con la respiración entrecortada. Después de esto tendría que follárselo todos los días o comprarse un consolador XXL. Su coño seguro habría dado de sí y ahora no le valdría cualquier polla. Los últimos movimientos provocaban un sonido acuoso y como si fuera una bomba de achique cada vez que la polla entraba en el coño se salía buena parte de la gran corrida que Ángel había echado allí dentro. El líquido se salía corriendo por los glúteos de Mar hasta manchar el asiento del sofá. Otra buena parte fue a parar a su ano. Por supuesto, y pese a ser una práctica habitual en ella, deshecho por completo la posibilidad de que el diera por culo. Con ese rabo la rompería en dos. Durante los siguientes minutos todo fue relajación. Ángel había dejado de percutir y su polla latía dentro de la vagina de Mar. ...
... En un acto de timidez había metido su cara en el espacio entre el hombro y la cabeza de ella. Mar, había dejado de abrazar con sus piernas el cuerpo de su amante. Yacía abierta de piernas con él entre ellas y acariciaba su espalda donde antes había clavada sus uñas extasiadas por la tremenda follada. Más de hora y media después de la invitación al café, Ángel se vestía para volver a su casa, de la que había salido con sus padres durmiendo y, que ahora, habrían despertado. Mar continuaba tumbada en el asiento del sofá viendo cómo se vestía su amante. Se palpaba la rajita del coño, dolorida y satisfecha. Se introducía dos dedos para medir el calibre que le había quedado: -Vaya destrozo que me has hecho guapo. –La mujer sonreía a Ángel que la miraba con media sonrisa. Totalmente desnuda le despidió en la puerta dándole un beso al tiempo que otro vecino llegaba al descansillo y les daba los buenos días. Ángel se ruborizó. Mar le sonrió antes de guiñarle un ojo y cerrar la puerta.