1. La historia que cambió mi vida


    Fecha: 17/06/2018, Categorías: Gays Autor: Martz Santo, Fuente: CuentoRelatos

    ... placer y ladró:
    
    “Ya te la comiste toda pero no estabas despierto ahora será diferente porque lo vas a sentir en vivo y en directo mi rey”, me subió las piernas y me puso a su disposición, yo hecho bola con todo el culo abierto y rosado sólo miré está gruesa verga y pensé cómo pudo entrar eso en mi, hasta que sentí sus huevos golpear mis nalgas no salí de mi asombro y pude sentir como mi culo abrazaba goloso, aquel grueso pene que me empezó a hacer sentir tan a gusto que empecé a gemir de nuevo como una perra.
    
    “Sí... mi vida... así... mi rey... dámelo... todo... rómpeme... el culo... hazme tuya...”, cuando me oyó se excito más y aceleró su ritmo, yo me sentí lleno y muy a gusto con ese pedazo dentro de mí, que me hacía gemir como una hembra en celo. Y me abandone al placer, así duro como media hora hasta que apretando con fuerza mis pechos se vino en mis entrañas y me llenó de su leche aún se quedó un rato dentro de mí y cuando lo sacó sentí un enorme vacío en mi culo que chorreaba de tanta leche recibida.
    
    Baje mis piernas para descansar y entonces se acercó otro tipo que yo no conocía y sonriendo me dijo: “momento, no cariño aún no acaba tu sufrimiento que más bien parece gozo por la cara que tienes”, de nuevo subió mis piernas, tomando su verga la sobó un rato y cuando la sintió firme me la puso en el ojete y poco a poco me la fue metiendo, yo lo mire tratando de recordar su rostro pero me era totalmente desconocido. Él me dijo: “no me conoces, yo se ni yo a ti, a ...
    ... mí sólo me invitaron y con gusto vine porque me dijeron que tenías un culo sabroso, enorme y no me mintieron, ya lo comprobé, yo era el que te cogía cuando despertaste y me parece que te gustó o me equivoco?”, sólo moví mi cabeza negándolo, él sólo sonrío y dijo “en un momento lo averiguaremos y no te quedará ninguna duda, desearía que fueras mi perra y si te gusta quisiera ser tu dueño haciéndote mi esclava”.
    
    Me enseñó su pene y caray qué pedazo de verga se cargaba, de menos 27 cm no muy gruesa pero sí muy grande, estaba en reposo y no quise imaginarme su real tamaño, que según me decía ya había visitado mi culito, se subió encima de mí.
    
    Y puso su verga en mi panza junto a mi pene y me empezó a coger tocándome los senos y recorría todo mi pecho y mis caderas haciéndome sentir como si fuera una mujer que es penetrada por el clítoris, su verga comenzó a ponerse dura y me la clavó como si tuviera una vagina, mientras recorría todo mi cuerpo desde las nalgas hasta mi cuello, besándolo y apretando fuerte en mis senos, mis caderas, hombros, cuello, finalmente puso sus labios en mi boca que para entonces ya estaba abierta y sin pensarlo me besó con lujuria metiendo su lengua y mordiendo mis labios, hurgando en mi interior.
    
    Yo ya vencido me dejé llevar y deseé ser una mujer complaciendo a su macho, sin reservas, en un momento dado con la verga bien dura me levanto las piernas y poniéndome en posición con el ojete a la vista me la fue metiendo poco a poco hasta que entró toda ...
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