Cosas del azar
Fecha: 09/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... correrme en ese mismo instante notando como mi polla se abría camino por tu culo cerradito. No podía parar de follarte y escucharte gemir en las narices de Pablo. Cuanto más gritabas y más gemías como una auténtica zorra, yo más fuerte te daba.
En un momento arqueaste la espalda y las piernas te temblaban, sabía que te estaba haciendo gozar como una buena puta, pero quería más, y dirigí mi mano a tu coñito y empecé a meterte dos deditos dentro mientras seguía fallándote el culo.
- Mira Pablo, a partir de ahora ya podrás follarte el culo a tu mujer sin problemas, ya se lo he dejado bien abierto con mi polla. - le dije a Pablo sin dejar de penetrar tu estrecho culito.
- ¡Cabrón, deja a Pablo y sigue follándome el culo que me corro! - repetías jadeante, agarrada a los muslos de tu marido, mientras yo seguía taladrándote
- ¡Vamos córrete, zorrita!, ¡demuéstrale a tu marido como se goza de verdad con el culito bien lleno!
- ¡Ahhhh siii sigue, cabrón! - repetías...
¡Plaffff!,- te azoté en ese momento y aunque sorprendida gritaste:
- ¡Siiii dame más sigue!
¡Plafff! - volví a azotarte de nuevo.
- ¡Siiii, ahhhhh qué rico, joder! - gritabas
En ese momento parecía que te desvanecías, no podías aguantar más de rodillas asique saque mi polla de tu culo pudiendo notar lo dilatado que te lo había dejado...
En ese momento me agarraste de mi brazo con brusquedad y tirando de mí me sentaste en el suelo, entre las piernas de mi esposo. Para agarrar mi barbilla ...
... y decirme:
- Ahora te toca a ti hacer que me corra, que disfrutes, juegues y vuelvas a tragarte hasta la última gota de mi leche, que me exprimas al máximo como si fuera la última polla que vayas a tener en tu boca. - dijiste con voz y cara de vicioso al tiempo que estrujabas mis tetas y pellizcabas tus pezones
Me gustaba tanto que me trataras como una zorra... que mi cuerpo pedía marcha sin parar y estaba impaciente por volver a tragarme tu leche caliente. Con mi culo en el suelo, mi espalda apoyada contra el sofá entre las piernas de Pablo que debía estar observando mareado la escena, acercaste tu capullo a mi boca y me la clavaste hasta el fondo. El sabor de tu propia polla mezclado con mis propios sabores, me excitaba más incluso, pero además el hecho de tener apoyada mi cabeza sobre los muslos de Pablo. Aquello era sádico y cachondo a la vez. A partir de ese momento me dejé llevar absorta por tu preciosa polla que devoraba como si no hubiera un mañana, la sensación de poderla chupar con tanto ímpetu y tantas ganas era rematado por el hecho de que mi marido, aun despierto, observaba toda la operación, porque tú además de disfrutarlo, también hacías lo posible porque él fuera espectador de primera.
Tu pelvis se clavaba contra mi boca, porque literalmente me la follabas, notaba tus músculos tensarse y entrar hasta mi garganta en un sonido ahogado, llenando todo de babas y fluidos que se esparcían entre tu verga y mi lengua y algunas gotas caían y se peganban en las ...