1. Anónimos


    Fecha: 12/12/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... la cafetería la mujer buscó al hombre con la mirada. Sus ojos se engancharon. Ella asintió levemente. Él levantó la ceja a modo de sorpresa.
    
    Pasado un tiempo, la mujer se levantó a la barra. El hombre se dirigió a su encuentro. Cuando llegó a su altura alargó la mano pero la mujer se giró. Quedaron frente a frente. Se miraron a los ojos. Disimuladamente, y en medio del desconcierto, ella puso un pequeño papel en la mano de él. Salió de la cafetería sin mirar atrás. Él se fue al baño. Allí leyó el papel:
    
    "Estaré frente a la cafetería a las 4. No tengo mucho tiempo".
    
    El hombre no se masturbó ese día.
    
    A las 4 de la tarde ella estaba frente a la cafetería. Nerviosa y sin tener claro lo que iba a hacer miraba el reloj. Decidió que si en 3 minutos no llegaba se iría. Un minuto después un coche aparcó junto a la acera. Era él.
    
    Hicieron el trayecto sin hablarse. Duró poco. Llegaron sobre las 4:30 a un bloque de pisos, discretos. Pisos pequeños, suficientes para lo que se usaban. Ninguno de los propietarios tenía su residencia allí. Eran pisos de “solteros”. Eran picaderos. Entraron en uno propiedad del hombre. Era sencillo pero elegante. Un pequeño salón con cocina incluida, un baño y un dormitorio.
    
    Una vez dentro, se miraron. Se besaron apasionadamente. Él agarraba el cuerpo de ella que suspiraba con cada recorrido de la mano de él. Echó la cabeza hacia atrás y le ofreció su busto. El no dudó en devorarlo. Sin darse cuentas estaban solamente vestidos con la ...
    ... ropa interior. Negro el bóxer de él que difícilmente contenía la erección de su pene. Roja la de ella, un sujetador que alzaba sus preciosas tetas algo caídas pero muy apetecibles. Cuando se quitó el sujetador el hombre se abalanzó por los pezones color marrón oscuro de la mujer. Ella suspiró con satisfacción al sentir como succionaba sus pezones.
    
    La tensión entre ellos había explotado. La respiración entrecortada, los gemidos, los suspiros ponían banda sonora a aquella relación prohibida y secreta. La mujer se arrodilló ante él, Estaba solamente vestida con su tanguita rojo totalmente empapado de su flujo vaginal. Su culo quedaba al aire. Lo miró a la cara cuando tiró de sus bóxer liberando una buena polla. Con un glande gordo, de color rojo intenso y del que líquido pre seminal empezaba a manar. Sin pensarlo abrió su boca y lo engulló. Era caliente, ocupaba más espacio que el de su marido, el gustaba. Sabía mucho a sexo, a morbo.
    
    El hombre gimió de placer cuando la mujer generó saliva y comenzó un movimiento de cabeza llevando la cabeza de la polla hasta más allá de la campanilla. Era una magnifica come-pollas. A ella le gustaba. Le encantaba comerse una buena polla, gorda, caliente y jugosa como la de aquel completo desconocido. Antes de correrse le tiró del pelo para retirar la boca. La puso de pie y la llevó a la cama.
    
    La mujer se tumbó boca arriba. Abrió las piernas y le ofreció un coño rasurado de labios gruesos y clítoris enorme. Se veía brillante por la ...