1. De cómo isabel vino a mi vida


    Fecha: 12/12/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ya que, según ella me contaba, riéndose, el finado Pablo desentonaba “mazo” al cantar, pegándole “ca patá” (cada patada) a la escala musical, lo del “do, re, mi, fa, sol”, que la dejaba tiritando…
    
    En fin, que desde entonces empezamos a salir a cenar y bailar sábado sí y al otro también, más los viernes que empezaron a terciarse, que en nada si no eran casi todos es porque eran todos, sin perdonar uno, vamos… Fue por entonces cuando una noche sabatina empieza ella a decirme
    
    ¿Sabes lo que me dicen los capullos de mis hijos cuando te ven esperándome ante el portal?... ¡Que ya está ahí mi novio, esperándome!... Ja, ja, ja… ¡Si serán cabroncetes los muy puñeteros!
    
    Y nos reímos los dos a modo, comenzando ella a informarme del trajín que sus dos hijos se traían, a cuenta mía, las casi noches en que pasaba a buscarla para llevarla a cenar y bailar… En especial, la chica, que, en cuanto empezaba a oscurecer, ya estaba pendiente del balcón o la ventana, oteando la calle, esperando mi llegada, hasta que me veía aparecer y aparcar frente a su portal, cuando la muchacha salía disparada en busca de su madre, diciéndole: “Ya lo tienes abajo, mamá; a tu novio… Esperándote, como un clavo… Venga, tonta; date prisa y no le hagas esperar más”
    
    Reímos, sí; ya lo creo que reímos… Hasta que dejamos de reír para mirarnos, fijamente, a los ojos… Y todo vino por sus propios pasos, sin provocarlo, sin esperarlo siquiera… Simplemente, nuestros labios, nuestras bocas, se unieron en un beso ...
    ... que lo era todo de amor, dulzura, ternura…pero también, pasión, deseo…ansia de amar, de ser amado/amada… Los labios se unieron y las lenguas se buscaron gustosas de acariciarse, saborearse, degustarse, mezclando salivas Al fin, labios y bocas se separaron; volvimos a mirarnos, con el cariño, el amor, la pasión, el deseo, brillándonos en los ojos, en los míos, en los de ella… No pude contenerme ya y se lo solté
    
    Te quiero, Isabel; te amo… Sí, te amo… Con pasión, con locura… Con toda mi alma, pero, también, con todo mi cuerpo… Y si este amor mío por ti, te ofende, sólo puedo sólo puedo decirte que lo siento, lo lamento de corazón, pero nada puedo hacer por evitarlo, salvo dejarte… Alejarme de ti…
    
    Antonio, mi amado amigo, en nada me ofendes con tu amor; antes bien, me haces dichosa al saberme amada por ti…por el hombre que yo también amo… Porque yo también te quiero, ¿sabes, querido mío?... Te quiero mucho, muchísimo, como amiga tuya que soy; pero infinitamente más como la mujer que también soy
    
    Y qué queréis que hiciéramos sino besarnos, acariciarnos, más y más y mucho, muchísimo más, subiendo la pasional temperatura en ambos a cotas de estratosfera casi, con lo que el mutuo deseo de poseernos creció en ni se sabe cuántos enteros, comenzando a meternos mano los dos allí mismo, en la pista de baile para, enseguida, buscar el refugio de la mesa que nos asignaron al llegar al local, como lugar más discreto, menos expuesto a miradas indeseables. Entonces, y allí, en la mesa, ...
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