1. De cómo isabel vino a mi vida


    Fecha: 12/12/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... popular onda de radio mientras conducía de su casa, en la madrileña Sierra de Guadarrama, al trabajo, en esa ciudad-dormitorio del extrarradio de Madrid, al suroeste de la capital de las Españas, y donde yo mismo vivía. El programa, uno de esos de “Peticiones del Oyente” y Canciones Dedicadas” a Tal y Cual personas, en una emisora de radio que, pongamos, fuera, por ejemplo, “Radio Olé”
    
    Aquella misma mañana, aparcado en el arcén de la carretera hice el encargo a la emisora de marras: Una Canción del “Dúo Dinámico”, “Resistiré”, que sabía a ella le gustaba mucho, y para la ocasión, pintiparada, con ese “Resistiré para seguir viviendo/Soportaré los golpes, y jamás me rendiré/ Y, aunque los vientos de la vida soplen fuertes/seré cual junco, que se dobla, pero siempre sigue en pie” Así que a la “Doctora Más Guapa, Simpática y Dicharachera” de toda la Sanidad Española, en esos momentos de dolor y “crujir de dientes”, le dedicaba esa canción con estas palabras: “Resiste, mi querida amiga, el tirón del momento; aguanta, templa el ánimo, y tira p’alante, aunque el dolor te “envenene el corazón”,(3) pues tienes contigo dos joyitas, los hijos que él te dejó, que te necesitan y por los que debes de vivir, si es que en ti misma, por ti misma, no encuentras suficientes razones para seguir luchando”
    
    Pasaron dos días con más pena que gloria y al tercero, al regresar a casa ya a la noche, entre las once y las doce, como acostumbraba, tras tomar algún vino con el último cliente del día ...
    ... y cenar en cualquier sitio, me encontré sonando a todo sonar el teléfono; sí, era ella, Isabel…. Esa misma mañana había sintonizado la emisora, el programa de radio, y escuchado mi mensaje y el disco dedicado
    
    Te lo prometo, Antonio; de verdad que te lo prometo… Me has hecho un bien inmenso…
    
    Me decía; y yo le rebatía que no tenía tanta importancia lo que yo había hecho… Que más importante para ella debía haber sido el tener con ella a su familia, padres, tíos, primos, etc, amén de la de su Pablo. En fin que, por finales, el asunto fue que, de verdad, yo para ella era de la mayor importancia; claro que su familia, padres y hermanos, eran tremendamente importantes para ella, que los lazos de la sangre siempre pesan de lo lindo, pero los unos, sus padres, eran ya bastante mayores y bien podría decirse que, ya, “ni pinchaban ni cortaban”, en tanto los otros, hermanos y hermanas, tenían sus propias vidas, hijos, marido/esposa, con lo que su apoyo a Isabel era más testimonial que efectivo… Y de sus suegros, cuñados y tal, pues bastante tenían con consolarse a sí mismos por la pérdida del hijo, el hermano… Y de amigos, mejor ni hablar, pues verdaderos no tenía, sólo conocidos, conocidas… En fin que, a la postre, parecía ser que sólo a mí me tenía; sólo en mí podía apoyarse para superar los tremendos momentos por los que pasaba… Sólo yo, mi compañía, aunque fuera en la distancia, para no caer en la más absoluta, inmisericorde, soledad
    
    Aquella noche hablamos largo y tendido, ...
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