Silvia
Fecha: 12/12/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... conmigo.
-S. ¡Que! ¿te estás quedando conmigo?
-M. Claro que no. Para él eso no sería una infidelidad. Silvia, tu padre es un gran hombre, ni siquiera pretendía quedarse a mirar, la última vez que me lo propuso tu aun vivías con nosotros y estaba dispuesto a irse un fin de semana contigo a casa de tus abuelos para dejarnos solas. Lo único que esperaba a cambio era que yo se lo contase todo en los días siguientes.
-S. ¿Y?
-M. Pues no me atreví. Aunque se hubiese gastado un dineral en una chica de alto standing no dejaba de ser una profesional y.… no sé, tenía miedo a no atreverme y hacer el ridículo. Es el coño de una chica que se habrá acostado con cientos de hombres y además yo soy muy exigente, no me gusta cualquiera.
-S. Venga, seguro que papá hubiese elegido una belleza.
-M. Ves, es que es eso, a mí no me van las modelos, me gusta otra cosa.
-S. ¿Y cuál es tu tipo?
-M. Pues para empezar me gustan maduras, a partir de treinta o así, y luego, depende, pero no todas son especialmente guapas. Me gustan con un buen pecho y un buen culo, lo opuesto a una modelo de veinte.
-S. ¿Y cómo te gusta que vistan?
-M. Nada especial, las mallas quizás y que lleven tanga y se note. Pero bueno, me estás haciendo el tercer grado.
-S. ¿Y no prefieres una bonita minifalda antes que unas mallas?
-M. Uf, no sé, por gustar me gustan ambas.
-S. ¿Ya, pero si tuvieses que elegir entre minifalda o mallas que preferirías?
-M. Si la chica tiene un buen culo, ...
... unas mallas de esas que marcan todo y que no sean muy oscuras son lo más, pero una bonita minifalda… Es que tu madre es así, lo quiere todo.
Dejamos el centro comercial y Silvia insistió en que pasásemos por su casa. El termómetro del coche marcaba tres bajo cero en la calle, nos desviamos unos cinco kilómetros y Silvia subió a su casa para bajar con una bolsa, no quiso decirme lo que contenía. La sensación de frio, solo con abrir la puerta del coche era tremenda.
-S. Vámonos para casa y ya no salimos en todo el fin de semana.
-M. Te parece que pasemos de comer, son ya más de las tres, y cenamos a eso de las seis.
-S. Me parece perfecto, pero picamos algo mientras preparas la cena.
Metimos el 4x4 de mi marido en el garaje y llenamos el ascensor con todas las bolsas de la compra. El primer ascensor en bajar era uno de los pequeños y yo coloqué como pude mis pies en un par de huecos entre las bolsas. Me quedé con las piernas bastantes abiertas porque no quería pisar nada de lo que habíamos comprado. Llevaba pantis y una falda que me llegaba casi hasta la rodilla. En cuanto la puerta se cerró Silvia metió su mano entre mis piernas y la fue subiendo, acariciándome el interior de un muslo, hasta llegar a mi coño, lo presiono fuerte, como intentando agarrarlo, lo hizo mirándome a los ojos. Yo me quede paralizada, me gustó, en su mirada había algo que me impactaba tanto o más que su mano entre mis piernas.
-S. Y no estoy bebida mama, no lo hago porque haya tomado un ...