Silvia
Fecha: 12/12/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... que la salsa que empezaba a alimentarme era el resultado de la tremenda excitación que mi hija había soportado durante horas.
-S. Comételo bien porfa Mami, no te guardes nada, no tengas miedo, méteme algún dedo, por favor. Me estás volviendo loca. Yo ya no voy a poder vivir sin tu lengua, dime que te gusta por favor.
-M. Me encanta, es lo mejor que me ha pasado en mi vida. Túmbate hacia atrás y relájate.
-S. Mami, para un momento y ven a darme un morreo.
Las dos perdimos el control, nos faltaban manos y bocas para todo lo que queríamos hacer. Ella me quería en su boca, pero también en sus pechos y en su coño. Yo quería regalarle un orgasmo sin clítoris, metiéndole un par de dedos en su coñito y lamiéndole la entrada cada cierto tiempo, pero era imposible. Cada vez que me imagino el panorama de mi cocina aquella noche, con mi hija sentada en la mesa completamente desnuda con las piernas abiertas y yo, con solo mis zapatos de tacón rojos y mis medias y ligero y mi cabeza metida entre sus piernas, tengo que buscar un momento para ir al baño y correrme recordándolo.
-S. Ya, mami, ya, quiero correrme ya, comete mi pollita, porfa, pásale la lengua, porfa. Que guarra eres, pero como me gustas, en cuanto me corra voy a ir a por ti y te voy a comer enterita.
-M. Sabes lo que voy a hacerte más tarde, cuando estés más tranquila, voy a comerme tu culito, ¿me dejas que lo saboree un momento para que se me vaya haciendo la boca agua?
-S. Si, guarra, pero rapidito. Oh ...
... Mami, quédate ahí un momento, me encanta, pero masajéame la pollita con el dedo gordo.
Silvia se refería a su clítoris como su pollita, eso era echar todavía más leña en mi fuego, a mí me gustaba, me animaba con sus comentarios, bastante soeces algunos, pero es que las dos habíamos perdido el control.
No me asusté porque sé lo que es correrse abusando del clítoris, pero Silvia tuvo uno de esos orgasmos en que ese cosquilleo sale como un rayo de entre tus piernas y alcanza a todo tu cuerpo y te deja paralizada, se quedó rígida sobre la mesa y luego se hizo un ovillo. No conseguía entender lo que decía, solo entendía que se sentía flotando.
Se quedó rota, yo me senté en el sofá a un par de metros de la mesa después de taparla un poco con mi falda y mi blusa. Yo estaba tan cachonda que empecé a sobarme las tetas y llevarme los pezones a la boca, no me atrevía a meter mi mano entre mis piernas para no hacerle el feo a mi hija. Ella se dio la vuelta en la mesa para poder verme.
-S. Me has destrozado. Dame un minuto y estoy contigo.
-M. Tómate el tiempo que necesites.
Como pudo bajó de la mesa y se me acercó. Yo estaba sentada y me empujó suavemente hacia un lado para que me tumbase. Me dio una palmada en el culo...
-S. Madre mía mami, que culo tienes, eres como las colas de gamba, se puede comer todo.
Empezó a besarme los muslos y las nalgas, pero no se anduvo con demasiados rodeos, con las manos separó mis glúteos y se fue directa a por el ojo de mi culo. ...