1. Lo que no le da el marido se la da su suegro


    Fecha: 15/12/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    ... vaginales. Después de un buen rato brincando sobre la verga de su esposo, Consuelo decidió cambiar de posición y se apoyó en la cama sobre sus codos quedando su retaguardia a su merced. Matías se cogió la enhiesta polla (brillante por los caldos de su esposa), entretanto Carol no perdía detalle. La puso a la entrada y de un empujón se adentró sin hacer paradas.
    
    A aquellas alturas la raja de Carol hacía aguas y los flujos se deslizaban por sus piernas. Matías cogió a su esposa de las caderas y arremetió una y otra vez con gran exaltación, hasta que un bramido evidenció el orgasmo de Consuelo, desplomándose poco a poco en el lecho. A continuación Matías se colocó boca arriba y a Carol se le abrió involuntariamente la boca mientras observaba la divina polla en toda su magnitud esperando las atenciones de su dueña. A la par que le hacía una mamada de escándalo, los dedos de Carol se movían con vida propia, y al mismo tiempo que su suegra se tragaba la verga de su esposo, Carol disfrutaba de un orgasmo contenido, ahogando un gemido de placer para no delatarse. Todavía no daba crédito a como aquella mujer de pueblo disfrutaba del sexo con su esposo. Ahora se afanaba chupando y relamiendo los restos de la corrida de su esposo.
    
    Cuando el ambiente recuperó la calma, Carol bajó de forma sigilosa las escaleras y regresó a su habitación. Ahora, ya más relajada pudo conciliar el sueño hasta que la luz de la mañana la despertó.
    
    Lo primero que hizo fue hacer unas llamadas para ...
    ... avisar a su cliente e intentar aplazar la vista, habida cuenta del inevitable percance sufrido. Tuvo suerte, dado que Madrid quedó paralizada casi por completo por los efectos de la nevada, con lo cual se suspendieron la mayor parte de los juicios. A partir de ahí, se tranquilizó e intentó afrontar el tiempo que tuviese que permanecer en el pueblo con más sosiego. Se acordó de la noche anterior y de su papel de voyeur ante unos suegros de cincuenta y ocho años para los cuales parecía que el tiempo en aquel lugar no transcurría con la misma celeridad. Aquel par de maduros disfrutaban más del sexo que ella con treinta años y con un marido con el que empezaba a alimentar dudas con respecto a su sexualidad.
    
    Carol se colocó la toalla sobre el cuerpo y fue a darse una ducha junto a su esposo, pero cuando entró, era su suegro quien se enjuagaba los restos de jabón de la cara. Carol se sorprendió. Pensaba que estaría su marido en la ducha y se quedó boquiabierta ante el cuerpo maduro de su suegro adornado con una polla medio dilatada a causa del agua caliente. Carol se disculpó ruborizada y salió rápidamente del baño hacia su habitación. La polla de su suegro aún permanecía grabada a fuego en su cerebro por las imágenes de la noche anterior, y ahora se habían reavivado al ver el miembro a medio crecer de aquel hombre rudo, con la consiguiente revolución de sus hormonas. En cualquier caso, no por ello se sentía menos abochornada por la controvertida escena que acababa de compartir con ...
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