Miriam y las mazmorras
Fecha: 24/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tiene.
Miriam me seguía mirando con altanería, le clavé un vibrador en su coño. Encendí el pollón y encendí el estimulador del clítoris.
- córrete sin preguntármelo – le dije
Miriam se corrió como una tigresa y no paró hasta que le di la vuelta y le clave un vibrador en el culo, culo virgen por cierto.
Miriam empezó a moverse, yo le di unos azotes y unas ordenes para que parase, Miriam paró y yo seguí, le saqué el vibrador y empecé a dilatarla primero con un dedo después con dos y de nuevo volví a meterle el vibrador. Estuve así un rato y finalmente saque el pollón rojo de goma y metí mi polla. Miriam dio un grito y aunque esperaba que dejase de protestar en unos minutos y a pesar de que lloraba pero no se quejaba acabé por darlo por imposible. Miriam lloraba desconsoladamente. Me hubiera encantado correrme en ese culo, pero era imposible.
La desaté para poder abrazarla como se merecía, llevábamos 45 minutos y se había comportado como una leona. Descansamos un poco y hablamos por primera vez, sin avisarla la cogí y cerré una muñequera con la otra, jugándose el tipo protestó y más cuando la subí a un columpio. Abrí sus piernas y le puse el vibrador de bola en el coño. Dejé que se corriese. Me encantaba verla correrse. No tardó tres minutos en hacerlo, no tardó 2 minutos más en correrse una tercera vez y a partir de ahí fueron una tras otra.
La saqué del columpio y la hice arrodillarse y comerme la polla.
- folláme por favor.
Me tumbé en la cama y ella ...
... me desnudó, se subió encima mía. Deje que votase hasta que se corrió un par de veces. Me fui a levantar pero me pidió comérmela. Miriam la come de fabula, es de las que la chupa hasta que le dices que paré y no hasta que te corres. Le llené la boca de lefa.
Miriam me dio un largo masaje hasta que se me volvió a poner dura, me di la vuelta, la cogí del pelo y la lleve a otras cadenas a donde la até. Estas cadenas subían o bajaban por un sistema de poleas, dejé a Miriam casi de puntillas. Le dejé un poco así y me vestí por que tenia frio.
Volví a las cadenas y el azoté diez veces con las manos, pasé del cinturón y directamente cogí el flogger. Le di con toda mi rabia. Miriam no se había comportado con yo esperaba de ella los días antes y le debía un correctivo. Su culo se iba marcando. A cada azote le dejaba mil pequeñas marcas en el culo. Le di duro hasta que empezó a ponerse muy rojo. Cambié por la espalda, aunque en seguida pase hacía su culo. Fui cambiado de flogger a paleta e incluso metí en algún momento una paleta con pequeños pinchos.
Miriam estaba en algún lugar entre el paraíso y el infierno. Yo le daba, ella gemía. Estábamos en el mayor éxtasis cuando sonó la puerta abajo. En principio no le hice caso, pero la puerta siguió sonando e incluso siendo golpeada. Dudé, pero finalmente bajé a abrir. Miriam estaba atada, no le venía mal descansar un poco y yo estaba vestido y podría despedir al pesado.
Bajé y abrí, un tipo como un armario me cogió del cuello y me ...