1. Miriam y las mazmorras


    Fecha: 24/12/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tiró contra la pared.
    
    - ¿donde esta? – me dijo mientras con el dedo en sus labios me indicaba que permaneciese en silencio.
    
    - ¿quién? – suspiré
    
    - Mi mujer, Elena, mi mujer Miriam Corso.
    
    Me lo pensé, estaba dentro, me podía partir en dos. Señale para arriba.
    
    - lárgate o te mato me dijo.
    
    El monstruo subió las escaleras de dos en dos. Miriam dio un grito y oí una bofetada romper el silencio. Cogí mi casco, mi mochila y mi chaqueta y dude antes de salir. Creí oír un latigazo cuando cerraba la puerta.
    
    Pensé no volver a saber nada de Miriam, pero me llamó a los pocos días.
    
    - hola amo, perdone que le llame a su teléfono.
    
    - No te preocupes. Tuviste mucho lio con tu marido.
    
    - Pues la verdad fue un flash verlo. Me dio una bofetada cuando me vio y en vez de seguir o reprocharme algo cogió el flogger y estuvo dándome más de una hora mientras me llamaba de todo, no tuvo piedad de mi pero he de reconocer que me corrí mil veces.
    
    - Conmigo nunca te has corrido siendo azotada.
    
    - Con él si. No paró hasta que me fallaron las piernas y quedé colgada de mi brazo. Como no sabía como funcionaban las poleas, me soltó la muñequeras. Ya en el suelo mientras le pedía piedad me puso el culo en bomba y me folló como en su vida lo había hecho.
    
    - Joder, me fui preocupado. No sabes que descanso.
    
    - No te preocupes.
    
    - ¿y el día después?
    
    - Desde que llegamos a casa me tiene sometida, aparte de tenerme como una esclava y me jode casi cada par de horas.
    
    - ¿quieres que quedemos a tomar un café y lo hablamos?
    
    - Te llamaba por eso.
    
    - Ah, bien.
    
    - Bueno, te llamaba por que no creo que nos volvamos a ver más. Si te soy sincero me gustó mucho más el castigo de mi marido que el tuyo. Necesito una mano firme y me he dado cuenta que mi marida sabe como hacerlo. Nos vemos.
    
    Y colgó. Nunca más supe de ella salvo por noticias de trabajo.
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