Emocional
Fecha: 26/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
No sé lo que me pasaba por la cabeza. Desde que me había metido en esas malditas paginas pornográficas y de relatos eróticos, ya nada parecía ser lo mismo en mi cama y las pobre de Ana Laura, Mi Donna, era justamente la hoy, estaba pagando por ello.
Con Ana Laura nos conocimos en persona en una noche de bar. Y digo en persona porque yo ya le venía echando el ojo desde la secundaria, allí donde todos lo que la rodeaban no le podían sacar los ojos de encima, siendo ella una de las mujeres más hermosas del instituto privado al que íbamos.
En ese tiempo ella solía andar con un chico mayor. Un tal Andres, que luego con el tiempo descubrí que efectivamente era su novio y había sido su primer amor.
Con Andres, Ana lo había dejado después de salir de novios durante 3 años, justamente un día en el que ella descubrió una de las tantas infidelidades de aquel, pues siendo un tipo de 25 años, en aquel entonces, contra los 19 años de Ana, pues a Andres no le era difícil embaucarla y llenarla de cuentos para envolverla en la relación tóxica y repleta de infidelidades que mantenía con ella por aquel entonces y que fue, gracias a dios, el motivo por el cual ella lo terminó dejando para 3 meses después comenzar a salir conmigo.
Fue en esa noche de bar a mediados del invierno en el cual Ana llegó acompañada de un grupo de amigos y amigas, pero yendo está del brazo de Emanuel, el cual por cierto era mi amigo, el cual parecía no querer perderle pisada dado lo hermosa que de por ...
... cierto era Ana Laura.
Emanuel en ese momento venía intentando terminar una relación, también tóxica, con laque era una loca obsesiva de su novia Milena, la cual, a pesar de ser también muy hermosa y con un cuerpo de escándalo obtenido por su trabajo como Profesora de Fitness y que de hecho sabía lucir a la perfección en las ajustadas ropas que solía llevar.
Milena era por cierto una diosa morocha de pelo muy largo, el cual lucía siempre anudado en una larga cola de caballo, peinada con un peinado ajustado, lo cual le daba el aspecto de una tirana. Pues tras ello, su altura, su físico imponente y su cara de sería tirando hacía la mala leche, la verdad es que imponía un respeto tal que se le fruncía el culo a cualquier hombre que pensara en querer intentar abordarla. Y no solo era por su aspecto, pues aquella mujer en realidad estaba obsesionada con Emanuel, el cual en su momento había logrado doblegarla tanto por su aspecto varonil musculoso, su quijada cuadrada, su mirada profunda y por cierto con esos tatuajes que aquel llevaba desde su pecho trabado hasta abarcarle más de medio brazo derecho, lo cual no era para menos, ni desbocado, ya que Emmanuel era un maestro del Tattoo llevando adelante un estudio de tatuajes por demás de reconocido en la zona en la que vivíamos.
Con Emmanuel nos conocíamos desde hacía ya varios años. Él siendo un par de años mayor que yo, aquel siempre se jactaba de salvarme las papas a la hora de los típicos conflictos de riñas de la adolescencia ...