1. Tentativas sensuales


    Fecha: 26/12/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Rita Andreina, Fuente: CuentoRelatos

    Hace un año aproximadamente nos habían invitado a un bautizo en una hacienda por Lurín, fue en horas de la tarde, yo tuve que asistir sola al compromiso ya que por razones de trabajo mi esposo recién tendría tiempo de acompañarme por la noche, llegué al lugar a eso de las 3 pm, era un local muy bien arreglado, bonito y había mucha gente.
    
    Desde que llegué se acercó a atenderme un señor de unos 40-41 años muy amable y tratable supuse yo que era familia del dueño de la hacienda. El señor fue muy atento conmigo, me acompañó casi toda la tarde, me servía que tomar, conversaba, bailaba conmigo, todo muy educada y atentamente. Así pasaron casi cuatro horas en que en ningún momento se separó de mi lado, me conversaba y su conversación era muy amena y entretenida.
    
    Aproximadamente a las siete de la noche llegó mi esposo y como era de suponer los presenté. Grande fue mi sorpresa cuando en vez de retirarse el amigo, que era lo que yo me imaginaba, no lo hizo, al contrario se quedó a nuestro lado y empezó a hacer amistad con mi esposo. Conversaban de una y otra cosa y poco a poco fueron dándose cuenta de que se conocían, que habían estudiado juntos y que incluso eran de la misma promoción de la secundaria y del mismo salón, pero que los años y la gordura no les había permitido reconocerse de inmediato, que cosas.
    
    Eso permitió que se ganara más confianza entre todos y seguíamos bailando y tomando, pero ahora ya mucho más amigos, todo muy educadamente de parte de él, pero resultó ...
    ... más bailarín que cuando estábamos sin mi esposo.
    
    Ya así entre bailando, tomando, riéndonos y en confianza el reloj marco las diez de la noche más o menos pero la reunión estaba muy bonita, mucha gente pero nosotros éramos una isla solos los tres pero bien divertidos.
    
    Ya creo que ahora por efectos del trago, los bailes o la confianza que había entre nosotros, el amigo que se llamaba Carlos, era mucho más alegre y entrador, ya se insinuaba más como bailarín y enamorador, yo notaba que me tomaba más rato de la cintura para bailar, que me pegaba más a él pero claro muy disimuladamente, que me rozaba de vez en cuando, que quería hablarme casi al oído y así cositas que como mujer me daba cuenta habían cambiado desde el momento en que nos conocimos.
    
    Como se entiende yo ya también estaba algo tomadita y más alegre que hasta le permitía algunos avances pequeños, claro casi como tomándolo a la risa o graciosamente, no sé si por efecto del trago o la confianza, confieso con sinceridad que hasta ese momento no pasó por mi mente ninguna clase de las ideas locas que a veces nos asaltan a los seres humanos; claro, yo ya había visto en películas con mi esposo y hasta habíamos conversado ideando algunas fantasías pero nade de recordarlo ni imaginarlo hasta ese momento.
    
    Sin embargo ya a eso de las once de la noche y ante lo poquito más atrevido de Carlos es que se me ocurrió seguirle la corriente casi como insinuándome ante él, de esa forma también él fue alguito más atrevido, ya me ...
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