1. Nuestra experiencia con masajes tántricos


    Fecha: 30/12/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Isabela1505, Fuente: CuentoRelatos

    Días atrás le había comentado a mi novio que me llamaba la atención la idea de ir a un lugar a que nos hicieran masajes eróticos. Tuvimos una discusión, terminamos y por supuesto el tema del masaje quedó olvidado para mí.
    
    A los días vino a mi casa, seguíamos “terminados” por lo que le había dicho que no quería nada diferente a salir a cenar y tomarnos un par de cócteles simplemente para hablar.
    
    Ese día se desocupó temprano y llegó a mi casa sobre las 5:30 de la tarde, yo acababa de llegar también. Me dijo que necesitaba entrar porque tenía que enviar unos correos electrónicos desde su computador, accedí pero con la advertencia de que debíamos comportarnos.
    
    Una vez terminó lo de su trabajo, nos pusimos a hablar y le comenté que estaba teniendo mucho dolor de espalda por esos días, así que se ofreció a utilizar unas técnicas que podrían servir para aliviar mi dolor.
    
    Me pidió que me acostara en la cama y que me quitara la camisa porque necesitaba ver bien mi espalda. Yo accedí sin ningún morbo, cabe resaltar que ese día estaba en falda y tenía medias veladas.
    
    Me acosté en la cama, me quité la camisa y él empezó su masaje (bastante reconfortante a decir verdad). En medio del masaje me soltó el brasier según él porque necesitaba tener mejor acceso a mi espalda (yo seguía boca abajo). Me cambio de posición y quedé frente a él, con las tetas al aire, yo estaba muy concentrada en el excelente masaje que me estaba dando y no le puse mucho morbo al asunto, pero él sí, ...
    ... tocarme y verme las tetas lo arrechaba.
    
    El masaje terminó, me hice la loca y me vestí nuevamente, él se quedó esperando que lo dejara tocarme, pero simplemente actué como si él se tratara de un profesional en el tema y no más, pero yo sabía que estaba arrecho y me encantaba tener el control de la situación así.
    
    Después de eso nos sentamos nuevamente en el comedor a hablar de cualquier cosa. Me estiró la mano pidiéndome que me acercara y yo accedí. Terminé sentada en sus piernas en una forma bastante “inocente”. Él me daba picos por toda la cara tratando de llegar a mi boca y yo no se lo permitía, le recordaba que habíamos terminado y que esas cosas no deberían volver a pasar. Con sus manos me tocaba todas las piernas, acercándose peligrosamente a mi cuquita, pero yo quitaba la mano o hacía algún movimiento que lo obligaba a retroceder. Finalmente terminé cayendo y le permití que me besara. Nos empezamos a besar muy muy apasionadamente y yo sentía cómo se mojaba mi cuquita.
    
    Estábamos sentados en el comedor, frente a la ventana que da la calle (vivo en el primer piso de un conjunto), la gente pasaba y nosotros besándonos como unos locos desesperados. Para ese momento ya tenía sus manos en mis piernas, mis nalgas y no tardó mucho en llegar a mi cuquita. Cuando por fin lo hizo pudo sentir cómo chorreaba, estaba muy muy mojada. Yo estaba muy arrecha, sus besos y sus manos me vuelven loca y mi cuquita siempre responde con una humedad muy generosa. Me bajó la falda y después ...
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