Médicos sin Frontera - Relatos Eróticos

Médicos sin Frontera

... quieres más? – me preguntó sin romper esa conexión entre nuestras miradas

- Olivia, de esto nunca me voy a cansar – me volvió a acariciar la cara y se apretó aún más. Evitaba lamerle mucho el clítoris para no irritárselo. Apenas se lo abanicaba con la punta de la lengua, pero parece que eso la excitaba más. Escuchaba esos gemidos que eran música para mis oídos, y las vibraciones de su cuerpo que me anunciaban que un nuevo orgasmo se aproximaba, y llegó. No fue explosivo cómo el anterior, fue algo más largo, se dobló para ver cómo lo bebía, unas lágrimas se le escaparon, y al terminar se acostó sobre mí. Llenó mi cara de besos.

- Mi amor me hiciste pasar los momentos más estupendos de mi vida, te quiero y quiero hacerte tan feliz cómo me haces a mí – mientras me besaba me estaba metiendo la mano en coño con bastante habilidad. Tanta que entre la calentura que me dio lo que le hice a ella, a la que le sumo la faena que me estaba haciendo ahí abajo, sentía que me estaba por correr. Cuando me penetró con dos dedos ya no había vuelta atrás. Se dio cuenta y quiso ir allí abajo, no la dejé, así lo estaba haciendo bien y necesitaba de sus besos. Y me corrí en una transfusión de alientos

- Uhm… ¿porque no esperaste a que fuera?

- Porqué lo que estabas haciendo lo hacías muy bien – trajo los dos dedos hasta su boca y los chupó

- Ahora voy a tener que beber así – volvió a buscar más allí abajo y se los volvió a chupar

- Así podemos beber entre las dos si me invitas – ...

... se recostó en mi hombro y seguimos chupando los dedos de lo que encontramos ahí abajo hasta quedarnos dormidas.

Me desperté cuando volvía del baño, era una diosa. Me tocó ir a mí y cuando volví me estaba esperando, nos besamos y le pregunté

- ¿Qué te pareció nuestra primera noche?

- Mejor de lo que había pensado, a pesar de la poca confianza que me tenías, salió bien

- Perdóname, pero ten en cuenta, eres joven, hermosa, simpática, tienes infinidad de cualidades, para colmo no eres lesbiana. No es que no te tenga confianza a ti. No me tengo confianza a mí.

- Que es lo que tengo que tú no tengas, acaso no eres hermosa, inteligente, y todo lo que busquen

- Pero tengo unos años demás, y el miedo mío es que quieras lo que yo no te puedo dar. A ver, ¿cuándo estabas en casa de Isabel, no te dio las ganas de tener una familia así?

- ¿Una familia así con dos hijos? Claro que me dio las ganas, y pienso tenerla – me quedé inmóvil

- Oli, te dije que pensaras bien antes de comprometernos, ¿por qué me hiciste esto? Te dije que quería algo serio te di tiempo para que lo pensaras, y ahora me sales con que esto era una aventura.

- Pero de que aventura me hablas ¿te parece que tener dos hijos es una aventura? Que tienes en la cabeza, uno lo puedes tener tú, pero si no quieres, tengo los dos yo y no hay problema. Entre los cuatro hacemos la familia tipo, normal, de catálogo.

- ¿Cuándo pensaste eso?

- El primer día, cuando me dijiste si quería formar una familia, ...