Simplemente la vida
Fecha: 07/01/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... nuestro apodo infantil, vertido mientras me esperaba a la salida de la escuela conversando con sus afines, se expandió como mecha encendida y poco tardó en convertir a Moro en Moe a Lara en Larry y a Carlos en Shemp -porque su físico no daba para Curly-. Y esos sobrenombres que arrastramos hasta la universidad, se siguen conservando en las memorias de nuestros amigos.
Durante los primeros años nuestras personalidades se fueron definiendo y amoldando a las distintas realidades que nos rodeaban, A Moe, todo le salía fácil, las niñas se le insinuaban, los profesores le respetaban por su logro con el equipo y la vida le sonreía. De ahí, a convertirse en soberbio y engreído fue un solo paso.
Siempre vestía las mejores ropas y tenía el mejor teléfono, fardaba de la novia mas linda y de la madre más explosiva, asqueaba ver las babas que echaban los profesores del instituto, cuando ella y mi madre venían a alentar al equipo vestidas con sus ajustadas calzas de gimnasia.
Solo una sombra nublaba su éxito, en realidad dos, Física y Matemáticas, impartidas por Sara una cuarentona de físico exuberante, sobria y recatada, enamorada de su cátedra e inmune a sus encantos.
Como su novia oficial, cosechaba sus éxitos y me hacía intocable al acecho de los guaperas de cursos superiores. Molestar a la novia de la estrella del equipo se pagaba con sangre, según rezaban los códigos de los hormonados machos en formación de la institución.
Como podrán intuir, estaba bajo la misma ...
... sombra que él y sufría sus desplantes. La cara de asco de la frígida cuarentona cuando me veía aparecer entre risas con mi corta pollerita, era acojonante y símbolo inequívoco de que me iba a hacer pasar al frente a resolver un problema de geometría en la pizarra más alta, para delicia de los compañeros de las primeras filas, que no perdían detalle de la fórmula implícita, en el desarrollo de las curvas de mi espalda baja.
La vida de Shemp no era tan fácil, debía ayudar a su madre en sus horas libres y para aportar a la economía familiar, realizaba chapuzas en los departamentos de los vecinos, había días en que llegaba tan cansado que parecía dormirse en clase, como perdido en sus pensamientos.
Lo llamativo era que Sara lo respetaba y lo detestaba por igual. Si tomaba una prueba sorpresa, era de los únicos que aprobaba. Si lo sorprendía adormilado en su clase, le disparaba una pregunta sorpresa que él siempre contestaba. Si mandaba un trabajo complicado para cagarnos el fin de semana, el Viernes a la noche la resolución de Shemp ya circulaba en las redes de las compañeras.
Porque el ataque sistemático de la jodida, siempre era a las damas de la clase y pronto mi viejo amigo se convirtió en nuestra única defensa, lo que lo llevó rápidamente a ser el mimado y protegido de sus compañeras, bajo la mirada permisiva y complaciente de sus colegas varones, que no veían en él ningún tipo de amenaza a su control de territorio.
Llamativamente, la situación se repetía en el ...