1. El sabor de la doble malta


    Fecha: 08/01/2023, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... digas, mira como se me ha puesto a mi -dije sin pensar y agarrándome el paquete
    
    Anna y Gerard volvieron de la cocina. Me sentía enormemente excitado por la confesión de Carla y tenia miedo a qué nos preguntasen o intuyesen algo. Lejos de ello, continuamos riendo hasta que nuevamente marcharon a la cocina.
    
    Otra vez a solas con ella. Carla, se acomodó en el sofá cuando vio entrar a su novio en la cocina, con las piernas semiabiertas, de tal manera que dejó su falda tejana bastante subida. No sé si lo hizo a propósito o quería jugar conmigo como hizo en el bar.
    
    Me sentía confiado y me lancé sin pensar diciéndole:
    
    - Me suena ese tanga… aunque a mí, me tapaba mucho menos… -sonrojé buscando su complicidad
    
    - Ahora es uno de mis preferidos... y me queda mejor que a ti, para que negarlo... mira… –contestó con voz decidida
    
    Se levantó de golpe, se subió la falda y giró lentamente. Se detuvo dándome la espalda con la mirada clavada en mí. Mi cara estaba congelada, no parpadeé en ningún momento. Notaba mi excitación apoderarse de mí, de mis nervios y de mi mente. La visión era increíble. No podía parar de mirar su trasero, estaba hipnotizado. Tenía a escasos centímetros de mi cara aquel increíble trasero.
    
    - ¿Tengo razón? ¿Me queda mejor…? –me preguntó
    
    - Si... si… muchísimo mejor… -murmuré, casi imperceptible
    
    - ¿O prefieres…?
    
    Sin terminar la frase, metió sus pulgares por los laterales del tanga, bajándolo lentamente y acompañando su postura, me dejó la mejor ...
    ... de las visiones que podía tener… llegó hasta los tobillos aquel tanga que me había quitado el sueño tantas veces. Carla no perdía de vista mi rostro, mi muestra de fascinación ante su culo en dirección a mi… no le quité el ojo a los labios apretados que me estaban atrayendo. Totalmente depilado, con unos labios gruesos donde asomaba muy levemente un trocito de los labios interiores… era un espectáculo.
    
    Me sentía duro, me dolía la entrepierna, no podía estar más excitado. No podía creer lo que estaba viendo… mi mano, se posó en el cachete izquierdo, lo movía con mucha delicadeza, quería palparlo todo… Carla al sentir mi mano, dejó caer un pequeño gemido, estaba deseando que le tocase… ni un gestó de desaprobación ante mi gesto.
    
    Continué manoseando su culo con las dos manos, mis pulgares se perdían por dentro de su raja, acariciaba su ano y sus labios, extremadamente mojados. El olor me tenía absorto, el tacto me satisfacía de una manera indescriptible. Sabía que lo que estaba haciendo no estaba bien, pero no podía parar, en cualquier momento volverían mi novia y Gerard…
    
    Y así fue, escuchamos como del fondo del piso, donde tenemos la cocina, se abría la puerta entre risas. Carla, de inmediato se bajó la falda, se sentó a mi lado dejando una mano en mi pierna, cruzó las suyas y de un golpe seco con su pie, tiró el tanga por debajo del sofá.
    
    Los nervios de ser pillados crecieron en mí en los instantes antes de ver a Anna y Gerard. Se esfumaron cuando los vi entrar en ...