1. El sabor de la doble malta


    Fecha: 08/01/2023, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pimiento
    
    - ¡Eres un exagerado mariquita!
    
    - ¿Esto no será una de tus artimañas para quitarme la birra…? -le dije en modo chiste
    
    Comenzó nuestra tarde como no podía ser, riendo. Y después de varias horas y unas pocas cervezas, las ganas de hablar de perversidades salieron a la luz.
    
    - Aún no he conseguido que Gerard quiera que nos grabemos
    
    - ¡Venga va! No me lo creo, seguro que eres tu que al final te rajas -respondí vacilante
    
    - Ayer, le propuse mientras me lo estaba haciendo…
    
    - ¿Fuerte? -le guiñé el ojo
    
    - Tontaco… pues claro… ¡muy fuerte! Hahaha -sonrió picarona
    
    - Yo tengo algún video… es super morboso
    
    - Lo sé ¿xq crees que le insisto? -respondió quejándose
    
    - Graba, sin más, graba.
    
    La conversación siguió cayendo cada vez mas a conocer uno del otro como lo hacía, si le gustaba según que cosas, que le gustaría probar… Con cada respuesta de mi amiga alucinaba más, la de deseos internos que aparentemente no se veían.
    
    Era media tarde y el bar no había reunido que a dos mesas más, otras dos parejas o amantes, porque solo los veía comerse los morros y meterse mano.
    
    Pedimos otra ronda, yo estaba bastante excitado escuchando muy atento a mi amiga, imaginando cada detalle que me contaba. Miraba a mi amiga sin prestar atención a nada más, cuando de un sorbo se resbalo un pequeño hilo de cerveza por la comisura de sus labios. La tenía pegada a mí, pierna con pierna y sin pensarlo, mi dedo fue hacia ese hilo. Mi dedo mojado, no sé porque lo ...
    ... hice, me lo llevé a la boca.
    
    Nos reímos ante mi acción. Entre esas carcajadas, Carla dijo que si me bebería todo lo que se echase en el cuerpo. Escuché sus palabras, la respuesta era un enorme sí, pero la vergüenza a que fuese motivo de mofa me frenó, y quise pasarle la patata caliente a ella y ver hasta donde podía llegar.
    
    Metió uno de sus dedos en la copa, lo mojó y sin palabra me lo dejó a escasos centímetros de mi boca. No me lo pensé, le chupé el dedo. Ella miró muy atenta como no me cortaba ante esa proposición tan simple, pero a la vez, atrevida.
    
    Se mordía el labio mientras volvía a coger su copa de cerveza y con dos dedos nuevamente mojados, los recorrió por su cuello. Ella había elegido donde seria la siguiente parte que debía chupar. Una sensación recorría mis piernas hasta mi estómago, estaba muy nervioso por lo morboso de la situación… me acerqué lento, sin perder ojo a mi objetivo… coloqué mi mano detrás de su cabeza, agarrándola con pasión y comencé a pasar mis labios y mi lengua por donde segundos antes ella había dejado cerveza. Tenia a mi amiga con la cabeza inclinada, dejándome disfrutar de su piel, de su aroma… la besaba y lamia a mi libertad.
    
    Su mano se posó en mi pierna, la agarraba con fuerza, mientras yo era dueño de su cuello por unos momentos. Paré, paré con la emoción de conocer cuál sería el siguiente reto.
    
    Carla, con la copa en la mano, se dejó caer unos centímetros en el sofá donde estábamos sentados, miró a los lados y con la copa ...
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